Nunca hubiera asociado a Teresita Fernández con la autora de estos versos, nunca hubiera relacionado a la cantautora emblemática de canciones infantiles, con una excelente compositora de regalos musicales para los adultos. Y no es que la creyera incapaz de hacerlo, sino que siempre se mostró ante su público, como la maestra que obsequia su arte a los infantes.
Pedí tus ojos para alumbrar mis noches,
Pedí tu alma para salvar mi amor.
Quise quitar de tu pecho la nieve,
Ay, la nieve en tu pecho se quedó.
Sembré una flor en el desierto,
Sequé mis lágrimas en el sol.
Quise encerrar el mar en una nube,
Ay, quise amarte, amarte como un Dios.
Nacerá la flor en el desierto,
No secará mis lágrimas el sol.
Puede que llegue a encerrar el mar en una nube,
Pero imposible será que pueda lograr tu amor.
Un día llegó a mis manos un disco al cual mi entrevistada se encuentra ligada, inevitablemente. Gracias a este fonograma y a mi empeño por mostrarlo al público, a través de la radio, llegué a su casa, hace alrededor de cuatro años. Sí, a ese espacio lleno de pinturas, música; refugio de esta mujer que hizo de la versatilidad una característica en su vida.
Hoy, Sara González, regresa a mi memoria como una mujer que también recreó una faceta diferente a la que acostumbró a su público. Hoy pretendo presentárselas como ese entrañable ser que ofreció su ingenioso saber como productora musical de la obra de Teresita Fernández, de esa cubana que hace solo unas horas abandonó este mundo para reinar por siempre en la eternidad.
Sara, usted es una de las voces femeninas de la actualidad, que ha recreado con empeño la canción en nuestro país. ¿Qué significa para usted este género musical?
La canción es una de las formas de comunicación más hermosa que tiene el ser humano. En el caso de conjugar la melodía con la palabra, con el buen verso, con los sentimientos, es que ha surgido este género que en el caso de nuestro país es muy común, tiene muchas formas. La canción no es una sola cosa, ni tan siquiera es una cosa de límites. Es sencillamente un sentimiento con música que llega y que se puede hacer de muchas maneras.
Para muchos es desconocida una faceta de su vida profesional, que la vincula a la conocida cantautora de canciones infantiles Teresita Fernández. Cuénteme sobre esto.
Yo fui la productora del disco de canciones infantiles de Teresita Mi Gatico Vinagrito. Esto fue hace muchos años, todavía no existía el disco compacto, ni nada de eso. El proyecto de ese disco, para mí fue una cosa muy satisfactoria, porque además de que me interesaba mucho esa música y esas canciones de Teresita, era la primera vez que iba a trabajar con ella en el sentido de organizar el aspecto musical de su obra.
Fue una experiencia extraordinaria, en ese fonograma aparecen títulos que todos guardamos en nuestra memoria. Siempre los recuerdo con mucho agrado. Me sigue dando mucho regocijo ese primer trabajo que hice con Teresita.
Usted habla de un primer trabajo con Teresita, ¿cuál es el segundo y en qué consistió?
Para llegar a ese primer disco del que te hablaba, se hacen muchas reuniones de trabajo, nos conocemos más a partir de un acercamiento, y en ese momento comencé a saborear las cosas que Teresita hacía para adultos. Me habían hablado de ellas, yo tenía idea de que sí, que ella hacía esas cosas, pero no las conocía y realmente quedé fascinada.
A partir de ese tiempo en que estuvimos montando las canciones infantiles, yo fui acercándome a sus canciones de amor y me propuse hacer un nuevo disco con ellas. Pasó el tiempo, a veces uno se plantea las cosas de un día para otro, y no puede ser. Y así fue, mi sueño no cobró vida, en aquellos momentos.
Sin embargo, la fonografía cubana tiene la suerte de atesorar aquellos sueños que una vez usted tuvo.
Así mismo. Tuve la satisfacción de que después de un tiempo bien largo, me sentara a hablar, sobre todo con Liuba, que es una admiradora y seguidora del trabajo de Teresita sobre ese tema y me dijo:”yo en estos momentos no tengo tiempo, pero ya tú tienes la experiencia de haber trabajado con ella, tú te puedes encargar de ese guión” y dije, “bueno, yo voy a asumir lo que una vez soñé que quería hacer”, y por eso es que hice este disco.
Hábleme un poco de este disco y de su participación en él.
Yo no tuve la oportunidad de estar en ese primer concierto que se llama Teresita Fernández en nosotros que es el que le da título a este disco. Fue un primer concierto donde estuvo Silvio con ella. Creo que fue la primera vez que Silvio se presentó delante de un público, y lo hizo junto a Teresita. Y por eso es que se llama así ese disco, por sugerencia de Silvio, recordando aquel famoso recital que creo que se dio en Bellas Artes, y que fueron las puertas que se le abrieron, en aquel momento, a Teresita en la Habana.
Me acerqué a ella y más que nada le pregunté: “¿Tere, quién tú quieres que cante en ese disco? Quiero que lo cantes con otros artistas, que no seas tú sola, para que se vea reflejada tu música en otros creadores”. Y bueno, pidió las personas que están ahí: Silvio Rodríguez, Amaury Pérez, Liuba María Hevia y Yo. Reuní a la gente que ella quiso, entonces cobró vida un viejo y anhelado sueño mío.
¿Cree que realmente son esas las voces que deberían estar en el disco Teresita Fernández en Nosotros?
Sí, yo creo que sí. Hay que ver la emoción de Tere al ver el resultado final del disco, así como la emoción de quienes estuvimos cantando sus canciones.
A parte del cariño y la admiración que Liuba siente por Teresita, yo creo que por parte de Teresita existe esa misma admiración y ese mismo cariño. Ellas se conocen hace mucho tiempo, Liuba es como una hija para Tere; creo que Liuba es una cantante extraordinaria y una compositora que ha visto un poco su maestra, en Teresita, para muchas cosas, ¿no?, pienso que Liuba es una alumna extraordinaria, realmente.
En el caso de Amaury, él es un hombre que toda la vida, en su obra artística, ha tenido reflejos de lo que ha escuchado de Teresita.
Ella es una mujer que tiene una visión de la vida, que logra reflejarla, fielmente en sus canciones. Silvio la admira mucho. En este CD aparecen unas palabras de suyas, donde dice: “Pero los viejos amigos que sabíamos de estas obras “para mayores”, necesitábamos compartirlas. Cantarlas ha sido un regalo que nos hacemos todos”. Una de las canciones que él canta en el disco, es una canción muy vieja de Teresita, que la hizo cuando vio por primera vez el mar y yo no he visto una descripción semejante, de verdad, es una canción muy hermosa.
Y es eso, es que Teresita es una mujer muy propia, capaz de reflejar los sentimientos de una forma que tú dices: ¿cómo de algo tan pequeño puede crear algo tan hermoso? Eso son las canciones de Teresita.
Nosotros, en general, tenemos una gran influencia de la obra de ella, porque hemos crecido oyendo cosas infantiles, luego más tarde, oyendo las cosas de adultos. Teresita ha sido, para nosotros, un punto de referencia a la hora de coger la canción y cantarla, y creo que Silvio, Liuba, Amaury y yo, somos eternos discípulos de ella.
En el disco, usted canta dos canciones: El carretón y Muñeca de trapo. ¿Por qué eligió estas piezas musicales?
El carretón tiene que ver mucho conmigo. Es una canción con la cual me identifico y que me gustó interpretar. Recuerdo que su letra dice más o menos así:
A ver cómo me quitan mi cariño
A ver cómo me quitan el amor.
Me río, yo me río de la gente,
Que a mí no me gobiernan en amor.
Me río, yo me río de la gente,
Que en eso sí es verdad que mando yo.
Y si quieren llevarme lo que tengo y lo que soy,
Si quieren yo misma les consigo el carretón.
Me río, yo me río de la gente,
Que en eso sí es verdad que mando yo.
Yo también traía en la cabeza cantar muñeca de trapo. Es una canción que conozco desde hace muchos años, y en realidad cuesta trabajo cantarla, a mí me gustó, porque me emociona mucho la canción. Y da la suerte que ella pudo cantarla en un disco que la acompañó el maestro José María Vitier y que es una de las cosas más fantásticas que yo le he visto hacer a Teresita, porque la canta y hace tres interpretaciones diferentes, tres formas diferentes de decirlas. Es genial, sencillamente ella es genial en esas cosas. Y para mí fue un reto cantarla, no quise hacerlo como ella, no quise hacer lo que Tere hizo, quise hacerla a mi manera y a mí me gustó, realmente.
En una entrevista que le hice a Teresita Fernández, ella me confesó no haber encontrado el amor, ¿qué usted cree al respecto?
Bueno, yo creo que Teresita es una mujer que ha tenido una vida muy intensa, en todos los sentidos. Yo creo que ella ha amado la vida, y ha encontrado el amor en cosas en que otros seres normales a lo mejor no lo encuentran. Amor carnal, no sé hasta qué punto; yo si sé que Teresita para lograr todas esas canciones ha amado demasiado, y ha amado la vida, y ha amado a la gente, y ha amado a los niños, y ha amado a las cosas y a los animales, ha amado todo, todo, lo que está en la tierra y lo que no está en la tierra, lo ha amado Teresita.
¿Qué significado tiene para Sara González haber trabajado en la dirección y producción musical de estos dos fonogramas de Teresita?
Es una gran oportunidad que me ha dado la vida, de verdad. Primero, porque me vinculé a ese disco memorable de canciones infantiles que es Mi Gatico Vinagrito, y segundo, porque estuve también muy ligada a su hermoso trabajo con canciones para adultos, en una etapa de su vida, en que la ancianidad no le impidió dar lo mejor de ella y cantarle al amor de la forma en que lo ha hecho.
Ahí está el disco, es sencillamente, para mí, una cosa memorable, un disco de cabecera, como dice la gente con los libros. Yo creo que si también hay un disco cabecera, ese es uno de ellos.
Tengo que agradecérselo a todos los que pensaron que yo podía hacerlo. Tere es una excelente cantante, una excelente artista, una mujer con una musicalidad extraordinaria. Para mí, es un honor haberme convertido en la directora y productora musical de dos de sus legados más memorables; es una de las cosas más gratificantes y que no olvidaré como parte del currículo de mi vida. Como dice Silvio, “se tratan de piezas maestras, y hay otras esperando”.
Hoy guardo en mis recuerdos a dos mujeres virtuosas y versátiles. Hoy acuden a esa fuente de vivencias que es la memoria, y me sonríen, con gratitud, como ofrenda de su eterno transitar por la vida.
Si las lágrimas llenando de estrellas
mi boca sedienta ahogaran mi canto,
aun así yo querría cantar.
Si la sangre llenara de rojos corales
mis ojos en loca silueta,
aun así yo querría cantar.
Tú no ves, tú no ves,
tú no ves que es el canto
la única cosa divina que tengo
para vivir.
Que es el canto la única cosa divina
que tengo
para vivir.
Canto a ti, canto a ti,
Canto a ti, oh! Canción inmortal
de la trova
de todos los tiempos
alzada cual palma real.
No me importa que amarte me
traiga tormento
me cueste la cruel soledad.
Es a ti, es a ti,
Es a ti a la única cosa que amo,
a la única cosa que temo
se vaya de mi.
A la única cosa que temo.
Oh! Canción, oh! Canción,
No te vayas de mí.
(Teresita Fernández)