Si cada uno de los que habitamos la Mayor de las Antillas sintiéramos el orgullo de tener como lengua materna al español, no se apreciara en estos tiempos el deterioro triste y paulatino del idioma.
Ninguna lengua como la nuestra brilla por la profusión de sinónimos y antónimos, ninguna posee tantas acepciones para un término, ninguna provee al hablante de giros y combinaciones verbales, ninguna exhibe récords de belleza con imágenes, metáforas, símiles y numerosos recursos expresivos para comunicar sentimientos.
¿Por qué entonces maltratar con chabacanerías la expresión oral que nos permite convivir y desarrollarnos como mejores seres humanos?
Para la celebración del Día Mundial del Idioma Español, este 23 de abril propongo dedicar unos minutos de reflexión al tema y rendir tributo a excelsas figuras de las letras hispanas: el escritor Miguel de Cervantes Saavedra, que murió ese mismo día del año 1616, autor de la obra trascendental, leída en cientos de idiomas y estudiada en los programas de enseñanza dentro de la Literatura Clásica: “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”.
El texto cervantino fomenta principios como la fidelidad, la cortesía, la honestidad, la búsqueda de la justicia,además de otros valores personales como la humildad, la discreción, la compasión y la prudencia.
El homenaje va dirigido, además, al peruano Inca Garcilaso de la Vega, fallecido en fecha como esta. Su prosa está considerada como una de las más elevadas manifestaciones de la lengua castellana y como una referencia inexcusable en la formación de una tradición literaria latinoamericana.
Por otra parte y con gran acierto, en algunos países se conmemora a la vez, el Día del Libro.
Es merecedor de agasajos nuestro idioma español que se extiende cada vez más por todo el planeta; es la segunda lengua más importante en todo el mundo y la tercera más utilizada, con 400 millones de hablantes nativos.
El empeño de los expertos por validar su trascendencia marcha junto a las numerosas acciones para detener el daño que algunos hablantes le causan al idioma. En universidades y centros de enseñanza primaria y media se multiplican las actividades sobre su uso correcto, se ponen en marcha nuevas leyes para el descuento ortográfico en los exámenes, trascienden festivales y concursos de habilidades para los educandos más jóvenes.
Además, la Real Academia de la Lengua realiza una sistemática captación de términos lingüísticos nuevos que enriquecen el acervo cultural de los hispanohablantes, tarea ardua pero acertada, porque la lengua es dinámica y marcha con las transformaciones de la sociedad.
La instauración del Día del idioma español se remonta al año 1702 y en Cuba insertamos en el homenaje, al más universal de los cubanos, José Martí, escritor, orador, periodista y cronista de su época. Su voz llega hasta el siglo 21 con la frescura de un lenguaje exquisito y sensual, idóneo para el crecimiento espiritual de los hombres en cualquier rincón del planeta.