Un espectáculo para que la esperanza sea siempre risueña y de colores

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Su premio más deseado es la sonrisa de los niños. Del contacto con cada pequeño, crea una nueva historieta para hacerlos reír.

La acompañan siempre su dulzura y su buen humor, por eso la gente la reconoce alegre y optimista, andando con las alas del corazón.

Anais Perera decidió su destino al lado de los pequeñines porque la hacen grande y eterna como las hadas madrinas.

Multipremiada por su empeño de gigante, esta personita feliz brilla en los escenarios de Cuba y el resto del mundo. Una y otra vez se multiplica para educar mientras entretiene.

Con su traje multicolor, sombreros y zapatones, deja profundas huellas en los que son la esperanza del mundo.

Su almohada es cómplice de sus anhelos todos dirigidos al público infantil. Ese que le grita apasionado: Amamos a la Payasita Lilú.

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