Morir por la Patria es vivir

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Una de las primeras influencias revolucionarias que recibiera Abel SantamaríaCuadrado fue la del “General de las Cañas” Jesús Menéndez,  a quien conociera personalmente a la edad de 13 años, al trabajar en el Central Constancia donde laboró el líder sindicalista.  

Abel en 1947 se trasladó a La Habana para estudiar e ingresa en la  Escuela Profesional de Comercio, en el Instituto Nº 1 de Segunda Enseñanza y completó los estudios de bachillerato solo hasta el segundo año. En esa misma época reafirmó la teoría revolucionaria del proletariado al estudiar las obras de Lenin, además profundizó en la obra de nuestro apóstol José Martí. 

La labor revolucionaria de este joven fue intensa. Formó parte del PPC,  la Comisión de Asuntos Campesinos y junto a su hermana Haydee, en La Habana, integró un movimiento de lucha contra la corrupción del gobierno auténtico de Carlos Prío y luego contra la tiranía de Fulgencio Batista. 

El 1 de mayo de 1952 para Abel Santamaría y Fidel Castro fue una fecha memorable, ya que unió sus destinos en pos de una sola causa: la preparación de la lucha revolucionaria. 

Se convirtió Santamaría en el segundo jefe del Movimiento y miembro del comité civil y militar de esa organización, desde entonces  intervino activamente en los preparativos para el  asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. 

En la noche del 25 de julio, después de explicar la misión, Abel se dijo a sus compañeros: “Es necesario que todos vayamos con fe en el triunfo; pero si el destino es adverso estamos obligados a ser valientes en la derrota, porque lo que pase allí se sabrá algún día y nuestra disposición de  morir por la Patria será imitada por todos los jóvenes de Cuba. Nuestro ejemplo merece el sacrificio y mitiga el dolor que podamos causarles a nuestros padres y demás seres queridos. ¡Morir por la Patria es vivir!” 

Al joven Abel le correspondió tomar el hospital civil Saturnino Lora, pero la acción fracasó, él y otros jóvenes fueron encarcelados y torturados. A Santamaría lo golpearon salvajemente,  le quemaron los brazos y sacaron los ojos, pero nunca habló. 

Abel Santamaría y sus compañeros abandonaron con vida el hospital,  ellos fueron los primeros prisioneros asesinados, el  #26deJulio de 1953.

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