Dominica nació en Tapaste, poblado de San José de las Lajas, el 19 de septiembre de 1918. Desde pequeña demostró sus aptitudes para la música, tanto fue así que con solo once años formó parte de septetos de sones creados por sus tíos y abuelos.
En sus interpretaciones se advirtió siempre el código de la tierra, ese ritmo interior que solo se logra en disquisiciones meramente sonoras y que en Dominica se mostraban de manera natural.
Como buena sonera tocó las claves, aunque también sabía acompañarse del piano y la guitarra. En su traslado a la capital en 1935, integró orquestas femeninas, entre ellas, Anacaona, Ensueño, Ilusión, Hermanas Armanza e Imperio.
Tres años más tarde decidió formar la Orquesta Siglo XX donde se destacó como solista vocal. Interpretó varios géneros, todos pertenecientes a la música cubana, tales como danzonetes, son, cha-cha-chá, conga, bambucos y rumba sones.
Pero Dominica Verges no tenía solo vocación para la música, la actuación también formó parte de sus 56 años de vida artística. Se le vio trabajar en la radio, la televisión y el cine. Junto a la orquesta Imperio se presentó en Estados Unidos y República Dominicana. En el 2002 falleció esta mujer que solo advirtió cada día posible a través de la música.