Cada día nos sorprende con una noticia, la recibida la noche del 25 de noviembre resultó sumamente dolorosa para los cubanos: “Fidel ha muerto”
Murió Fidel. Esa fue la noticia que me despertó a las cuatro de la madrugada de este 26 de noviembre. Murió Fidel y no pude detener el asombro, el dolor en el pecho y hasta las lágrimas.
Cuba está de luto porque se ha ido uno de sus hijos pródigos. Fidel Castro ha muerto y todos en el mundo lloran por él.
En cualquier rincón de Cuba la gente del pueblo se afana en sus rutinas cotidianas sin sospechar que de un momento a otro un Gigante de la historia contemporánea puede tocar a su puerta y con su sonrisa de cubano cabal decirle ¿Aquí se brinda algo? o sencillamente ametrallarla con un sin número de preguntas.
Amplía repercusión ha tenido en el pueblo de San José de las Lajas, la terrible noticia de la muerte de Fidel Castro Ruz, eterno comandante y fundador de la Revolución Cubana. Pedro Arturo Suárez Portales, un lajero de 82 años rememora uno de los tantos actos solidarios y humanistas de esta figura internacional.
Dijo Fidel que cumpliría 90 años pero que como todos los hombres un día también habría de morir, bien sabía el líder cubano que la presencia de un hombre en la tierra es efímera.
Difícil sustraerse a los deseos de escribir desde que se hizo pública la muerte de Fidel. La noticia me impactó como la pérdida de un familiar o un ser muy querido y es que para los nacidos en Cuba después de 1959 eso es Fidel, un ser querido.
El amanecer en el archipiélago cubano, este 26 de noviembre para mí se tornó gris, por la muerte de nuestro líder indiscutible Fidel Castro Ruz.
Mi vecina tocó a mi puerta tarde en la noche en un puro sollozo. Aun cuando había visto a Raúl dar la noticia en la televisión nacional, no podía creer que Fidel había muerto.
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