Cuba está de luto porque se ha ido uno de sus hijos pródigos. Fidel Castro ha muerto y todos en el mundo lloran por él.
Su altura humana lo colocó en la cima del universo y lo diseminó por todo el planeta. Y aunque ha desaparecido físicamente, Fidel está en el aire, en los océanos, en la risa de los niños, en las manos del obrero, en la guitarra de los trovadores, en la mirada del escultor, en la tiza del maestro, en los centros de salud, en las instituciones deportivas.
Nuestro líder histórico deambula por las montañas y por los llanos, está en el juego de pelota, en el decir de los campesinos, en la construcción de viviendas, en la dedicación del pionero, en la bravura del mambí, en los instructores de Arte y en los jardines.
Fidel está junto a Chávez, en el actuar de Bolívar, en el corazón de Guayasamín y en la intensa batalla de los oprimidos.
Fidel es Ciencia, es Alegría, es Amor.
Fidel es Martí.
Fidel es la Patria.