Cada día nos sorprende con una noticia, la recibida la noche del 25 de noviembre resultó sumamente dolorosa para los cubanos: “Fidel ha muerto”
Se sabe que ese momento llegaría, pero aún así nos resistíamos a pensar en ello, a prescindir de su real presencia, aunque ya no como Jefe de estado, pero sí como guía intelectual.
Ahora hablaremos, escribiremos sobre su obra que dejó a niños, jóvenes y todos los grupos etarios de esta sociedad que creó y formó bajo su sabia dirección.
Desde mi posición de mujer no me alcanzarán los años de vida para agradecer lo que hizo por las féminas cubanas, su emancipación, el papel que le otorgó en la sociedad, la inclusión en todas las tareas fundamentales de la Revolución, siempre afirmando que la mujer es una fuerza potencial dentro de ella y una Revolución dentro de la Revolución.
Estamos tristes, pero haremos nuestro todo su legado, cada enseñanza que dejó a cada uno de los sectores de este país, a su pueblo, y no será un adiós, sino un Hasta siempre “Comandante”.
