“Todos los pícaros son tontos, los buenos son los que ganan a la larga”.
José Martí.
De moda por el mundo el uso de taimadas maniobras para lograr propósitos de todo tipo. Conflictos bélicos en los que cada vez mueren más y más inocentes, so pretexto de liberar pueblos o salvar a la humanidad de ser víctimas de gobiernos poseedores de posibles armas nucleares, aunque luego de las ocupaciones militares no existan reportes probatorios.
Así marchan las cosas por el mundo, sin que escape de este flagelo ningún continente, con la creciente destrucción de la naturaleza por el uso indiscriminado de sus recursos y el aumento acelerado de la pobreza, la desnutrición y las enfermedades en las que el hombre con desacertadas maniobras es el verdadero culpable.
Manos fraudulentas se apoderan de las riquezas a costa de la contaminación ambiental, el recrudecimiento de la violencia en un clima que muestra cada vez con más fuerza cuan severo es el daño que el desarrollo de la carrera armamentista, la desaparición de los bosques, la aplicación de sustancias letales para la capa de ozono (escudo protector del planeta) provocan en él.
Chivos expiatorios, verdades a medias y farsantes pretextos, integran la fórmula que emplean a su favor los que tienen el poder político o el que concede el dinero para derribar barreras y lucrar a costa de destruir el planeta con el calentamiento global al que han llegado a llamar cuento chino.
A ello se suma la faena incesante de los poderosos de derrocar a través del engaño del pueblo a gobiernos que como el de Venezuela, que lucha por la igualdad de su gente y la integración de la América toda.
Sin embargo, aquellos que conquistan todos los días millonarias cifras de dinero, tientan la suerte y lucran con el porvenir de la humanidad, legándoles un planeta en ruinas, pretendiéndose astutos, no escapan de la fuerza de los huracanes, las terribles enfermedades que hoy arremeten contra los seres humanos, ni están exentos de padecer de los efectos devastadores de las armas de exterminio máximo. Habría que cuestionar entonces, si estos fraudulentos personajes, son en verdad ¿pícaros o tontos?