María Matilde Alea |
Fotos: cortesía de Mercedes Estévez
Camajuaní vio nacer el 6 de marzo de 1918 a una niña que se convertiría en pianista, compositora e insuperable maestra, pero, fue Pinar del Río quien la vivenció crecer e incursionar en el arte del piano. Sin embargo, La Habana se adueñó de esa entrega al arte que dejó legados verdaderamente inestimables. María Matilde Alea, hoy se hace presente en el testimonio de su ahijada, la pianista Mercedes Estévez.
“Su mamá, María Teresa Fernández Rojas tenía una academia de música adscripta al Conservatorio Orbón. María Matilde desde muy pequeñita estaba al tanto de los alumnos de piano, de las tertulias donde unos tocaban piano, otros, violín, por ejemplo, y desde ese entonces comienza a tocar de oído y a sacar algunas cositas en el piano.
A la edad de once o doce años, tiene predilección por las películas musicales, las que va a ver al cine y al llegar a la casa recordaba todas aquellas melodías que había escuchado y las sacaba al piano. Siendo más pequeña su mamá comienza a impartirle clases de piano, aprecia la preparación y la destreza que tiene en la interpretación de ese instrumento, hecho que, posteriormente, María Matilde logra perfeccionar de la mano de Benjamín Orbón, en sus viajes a La Habana”.
La composición aflora en la proyección artística de María Matilde Alea, una faceta que la pianista y profesora Mercedes Estévez decide resaltar.
Pianista Mercedes Estévez |
“Comienza a destacarse y a realizar sus pininos en la composición. A los catorce años de edad compone el Himno a la Escuela Superior de Señoritas de Pinar del Río y, posteriormente, de otras escuelas, para después vincularse más a lo popular, donde compone boleros y otras obras incipientes sin pensar todavía en la docencia, en esa primera etapa”.
Pero, ¿cómo llega María Matilde a La Habana? ¿Quiénes contribuyen a la evolución de la artista en las diversas facetas que caracterizaron su obra?
“Graduada de la academia donde estudió, se dirige para La Habana. Tuvo la suerte de conocer al Maestro Ernesto Lecuona quien la alienta a continuar componiendo.
Siendo ella muy joven, con aproximadamente 20 años, Lecuona le estrena su primera obra titulada Eres en mi vida; él hizo el arreglo para orquesta y ella la interpretó al piano. Esa es una canción que cantó también Zoraida Marrero y Tomasita Núñez, grandes cantantes de la época.
Continuó componiendo piezas de este corte, canción o canción lírica, romanza, bolero, algunas congas, para después incursionar en la canción de concierto, los llamados lieder, de los cuales tiene más de 100 que son con letra y música de ella.
Cuando vivía la tercera década de su vida, su tío Carlos Fernández abre el conservatorio Carlos Fernández Vilá donde comienza a trabajar como maestra, condición que la acompañaría durante toda su vida.
Es bueno destacar que la afamada cantante Iris Burguet, se convirtió en su amiga y en intérprete de sus obras, en Cuba y en el extranjero.”
María Matilde Alea es dueña de una valiosa y extensa obra didáctica que revolucionó la enseñanza de la música para niños y niñas en nuestro país con la introducción de células rítmicas provenientes de géneros cubanos.
La historia musical cubana recoge dentro de sus exponentes a esta magnífica pianista, compositora de lieder considerados verdaderas joyas con gran belleza lírica y musical de sus contenidos.
No es hasta el año 2012 que su música queda registrada fonográficamente, hecho que, según Mercedes Estévez, se debe al empeño dela soprano Lucy Provedo.
Soprano Lucy Provedo |
“La idea realmente parte de Lucy Provedo. Ella tenía mucha inquietud en que una música tan bella no se quedara sin registro fonográfico, en que esas creaciones de María Matilde pasaran a la posteridad. Entonces Lucy continuó con la idea de rescatar esa música y plasmarla en un disco.
Conversando con el pianista y compositor Ulises Hernández que es el Jefe del Departamento de piano del Instituto Superior de Arte, me dijo: Mercedes, vamos a oír esa música y ver qué podemos hacer. Vino a la casa y cuando la oyó, se quedó fascinado y acertó en sacarla a la luz.
Inmediatamente hizo un proyecto, lo presentó a Colibrí, esta disquera se comprometió con materializar el disco, el cual cuenta también con un DVD que contiene un documental sobre María Matilde Alea, así como un concierto en vivo que se hizo en el Amadeo Roldán”.
El disco recoge la ejecución al piano de los preludios Número 1, 2 y 3 por parte de Mercedes Estévez, quién también acompaña a Lucy Provedo en la interpretación de hermosas páginas musicales legadas por la profesora María Matilde. Para Mercedes Estévez resulta un acto de verdadera belleza la grabación de estas obras.
“Ha sido muy bello y de mucha sensibilidad porque son cosas que yo estrenéen México, en un Colectivo de Mujeres en el Arte dedicado a mi madrina María Matilde Alea, obras recogidas en manuscritos, incluso preludios manuscritos. Esta música aparece al principio del disco y después acompaño a Lucy en el piano.
Es algo muy bello porque María Matilde siempre me daba lo que acababa de componer para que lo interpretara y así hacíamos, por ejemplo, en los festivales de música contemporánea que ha dirigido Guido López Gavilán. Me siento muy complacida de haber grabado el disco porque la música de María Matilde lo merece, merece ser rescatada”.
Una vez más la soprano Lucy Provedo apuesta por retar al tiempo y plasmar en el presente la huella de compositores que ofrecieron su arte y virtuosismo.
“Lucy como persona es un ser especial, con una gran sensibilidad, mucho sentimiento, pero a la vez es muy profesional, es esa persona que dice la palabra, o sea, canta con esa palabra bien articulada, bien dicha, bien sentida.
Por eso creo que Lucy es la mejor intérprete de las canciones de María Matilde, aunque otras también la han cantado. Lucy es realmente muy especial, por su timbre, por su voz, por su fraseo, dicción, e hizo un rescate de Negra Triste que es una conga que ella misma se decía:¡cómo voy a cantar esa conga, es imposible que pueda hacerlo! e hizo una interpretación excelente”.
El respeto y admiración de Mercedes Estévez hacia María Matilde Alea confluyen en una producción discográfica que apuesta por el buen gusto y excelencia artística. Un obsequio musical para quienes conocen, y también desconocen, a una mujer humilde y tenaz, devenida referente obligado en la pedagogía musical cubana, Maestra de Maestros.
“Para mí es muy importante mantener viva la obra de María Matilde, no solo por el lazo familiar que nos unió, sino por su entrega constante al magisterio, a la composición, al piano.
Es justo que no solo los alumnos ejecuten sus obras para piano, sino que el pueblo de Cuba conozca de la existencia de esta mujer que compuso canciones hermosas con textos escritos por ella y también por grandes de nuestra cultura como lo fue Gertrudis Gómez de Avellaneda”
Aquella niña que a principios del pasado siglo abrió sus ojos al mundo en Camajuaní, nos legó toda una riqueza musical que indudablemente forma parte del patrimonio cultural cubano, ese que con tesón y orgullo apuesta por rescatar Mercedes Estévez, y que hoy agradecemos quienes habitamos esta isla.
Mercedes Estevéz (niña) y María Matilde Alea (Tercera mujer de izquierda a derecha)