El 27 de diciembre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes decreta abolición de la esclavitud. Ese mismo día y año, nació el Coronel del Ejército Libertador Juan Evangelista Delgado González.
Sobre Juan Delgado, considerado el patriota insigne de Mayabeque se conoce la frase que lo inmortalizó: “El que sea cubano y se sienta patriota, que me siga”. Con esta expresión convocó al resto de los mambises a rescatar los cuerpos de Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro, el siete de diciembre de 1896 y conducirlos hasta la casa de su tío Pedro Pérez, en El Cacahual, para darles sepultura y salvarlos del ultraje español.
Pero este no es el único mérito de este mambí bejucaleño; por su valentía y honor, tuvo los grados de capitán, comandante, teniente coronel, coronel, y al morir estaba propuesto, por el mayor general Mayía Rodríguez para ser ascendido a general de brigada.
Se inició en el Ejército Libertador el 13 de enero de 1896, y al día siguiente el mayor general Máximo Gómez lo nombró capitán reclutador con la misión de organizar una unidad de combate en la zona de Bejucal, no obstante operó también en San Antonio de los Baños, Santiago de las Vegas, El Rincón , La Salud, Quivicán, San Felipe , Managua, Boyeros, Calabazar, Arroyo Naranjo y El Calvario.
Su muerte el 23 de abril de 1898 se concibe, según el escritor Omar Felipe Mauri, como una carga por el amor, pues durante esos días, debido al armisticio decretado por el gobierno español, casi no sucedían acciones de combate; por lo tanto, Juan Delgado decide visitar a sus padres, posteriormente se dirige a la finca Pastrana para cumplir con su novia Lolita y se hace acompañar de su escolta y sus dos hermanos Donato y Ramón, quienes eran comandante y capitán del Ejército Libertador, respectivamente.
Al acampar el día 23 en esa finca, fue sorprendido por fuerzas enemigas compuestas por tropas de línea y por la guerrilla de Peral. En el desigual combate cayó Juan Delgado junto a sus dos hermanos.
Otra versión confirma que fue sorprendido en la finca La Reforma, entre El Cano y Arroyo Arenas. Lo cierto es que el Ejército mambí perdía a uno de sus jefes más competentes.
En el 150 Aniversario de su natalicio, se valida el compromiso que tenemos los mayabequenses de reconocer su hoja de servicios a la patria.