Decir Sí por la nueva constitución es el derecho a reafirmar que deseo el mejor camino para mi país, para los míos.
No se trata de consigna, es una manera de saberme parte de un proceso en el que pude opinar, en el que como a todos los que asistimos al análisis del proyecto de la nueva Carta Magna, se me escuchó y tomó en cuenta mi parecer.
Yo digo SÍ porque quiero seguir viviendo en paz, porque me satisface sentirme parte de una tierra soberana, porque a pesar de las carencias, de los obstáculos que nunca faltan, habita en esta nación una fuerza natural que nos permite sonreír y ser altruistas.
La nueva constitución representa amparo, consideración, justicia. Abriga la equidad, garantiza el respeto a la dignidad plena y garantiza seguridad para todos.
La nueva Carta Magna, lleva en sí misma la historia de una nación que hace más de medio siglo defiende un sistema social que no es perfecto pero que insiste en hacerlo perfectible con la máxima de salvaguardar los intereses y el bienestar del pueblo.
El próximo 24 de febrero, puede ser un día soleado o bendecido por la lluvia, pero será también fecha histórica en que lajeros y lajeras mayores de edad concurrirán a las urnas a dar su respuesta de aceptación o no de la Nueva Constitución.
Por el SÍ vamos todos los que decidimos el futuro