Si la relación verbal se ve afectada, y esto deriva daños a terceros, entonces se precisa de la orientación de un especialista en psicología que guíe el camino a seguir para que el divorcio o separación proporcione menos daños y no se empañe la imagen de los padres ante los hijos.
Si así de fácil no se resuelve, el Tribunal Municipal está a la escucha de ambas partes para conciliar los derechos y deberes que a cada uno le concierne.
Los padres tienen la obligación de ponerse de acuerdo y determinar cómo será la vida de sus hijos en lo adelante, pero siempre sobre la base del respeto y entendimiento, con el fin de hacer más felices a quien resultó ser el fruto de un gran amor.
El matrimonio es solo un contrato y puede romperse en cualquier momento si así lo desean las partes; pero los hijos, no deben llevar sobre sus hombros una carga que no les corresponde; por tanto, mantener una relación amigable es la única vía para ser feliz.