Entre los mártires del asalto al cuartel Moncada figura el doctor Mario Muñoz Monroy, activo profesional de la salud y persona de jovial espíritu e ideas liberales. Fue criminalmente asesinado el mismo día que cumpliría los 41 años de edad, el 26 de julio de 1953.
Durante su época de estudiante integró el Directorio Estudiantil donde hizo sentir su voz en protesta contra el régimen del dictador Gerardo Machado Morales. El 16 de marzo de 1942 obtuvo el grado de Doctor en Medicina, profesión que ejerció en Matanzas, su ciudad natal.
Después del golpe de estado de Batista el 10 de marzo de 1952, se unió al joven abogado Fidel Castro Ruz, quien desde hacía varios años había iniciado una lucha sin cuartel contra la corrupción gubernamental.
En su casa recibió en varias ocasiones a Fidel, Jesús Montané, Abel y Haydée Santamaría, Julio Reyes Cairo, Boris Luis Santa Coloma y Mario Martínez Arará entre otros revolucionarios con quien se reunió y en su propia morada instaló una planta de radio desde la que se comunicaba con sus amigos.
Fidel inicialmente quería la presencia del doctor Muñoz en Santiago de Cuba para que fungiera como médico en la atención a los heridos en el ataque, pero él deseaba insistió en participar de manera activa y Fidel aceptó aunque le ordenó que se vistiera de médico.
El doctor Mario Muñoz tenía dos importantísimas misiones que cumplir aquel 26 de julio de 1953, junto a Haydée Santamaría, Melba Hernández, Raúl Gómez García y Julito Reyes debía ir hacia el hospital civil Saturnino Lora bajo las órdenes de Abel Santamaría y además de actuar como médico, sería el encargado de operar la planta en la emisora de radio de Santiago de Cuba, desde donde se daría lectura el Manifiesto Revolucionario y se llamaría al pueblo a una huelga general contra Batista.
Fue vilmente asesinado ese día, su ejemplo de lealtad y sentido del deber trascienden hasta nuestros días en los hombres y mujeres de Cuba que defienden la vida desde el sagrado sacerdocio de las Ciencias Mèdicas.