Una Revolución que germinó en el Moncada

0
57

¿Quiénes fueron ellos? ¿Cómo crecieron? ¿Cuáles eran sus sueños? Los había de diversos oficios, orígenes, devociones o ideales políticos. Eran de edades diferentes.
Los unió un camino, un recorrido, una idea, un hecho. El asalto al Cuartel Moncada los despojó del anonimato, les cambió sus prácticas y desde la confidencialidad los denominó para siempre como Generación del Centenario.
Aquel cubano enorme de Dos Ríos hubiera cumplido 100 años en 1953. Pero el anhelo de ver a Cuba libre le colocó grilletes al tobillo en su niñez de apenas 16. Así son los jóvenes, cuyos ideales no caben en tan sensibles cuerpos y sus mentes navegan, corren los deseos y el entusiasmo los pone de frente a la vida.
Difícil resultaba despertar cada jornada con el cielo lánguido y no poseer más estrellas para iluminar la noche que la expectativa de que el Programa del Moncada se cumpliera en cada sendero de la Patria necesitada.
La mezcla de ráfagas, de sangre, de hombres en busca de una Cuba mejor hizo transformar las cosas. La persecución, la prisión, el mar, la montaña y el llano los congregaron reiteradamente para que la Patria los contemplara orgullosa.
En julio como en enero germinaron rosas blancas y palomas descansaron en el mejor de los hombros para afirmar que todo iba bien. Los fusiles de la independencia no dejaron sucumbir al Apóstol y le certificaron al pueblo del enero victorioso que la lucha ahora sería más difícil.
La Revolución estaba hecha, la sangre de la Generación del Moncada no había caído al vacío.

Califiquenos

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Nombre