Rubén Martínez Villena
Zoila Martínez González es de esas personas que distinguen a San José de las Lajas; lleva consigo muchísimas historias, tal es así que los muchachos de barrio la llaman maestra omitiendo siempre su nombre. Acuden a ella para pedir ayuda en la realización de trabajosprácticos, resolver tareas y aclarar dudas. Ella siempre está ahí, dispuesta con la voluntad impregnada en el alma y como compañía su sonrisa.
En ocasiones le piden que les narre de cuando estuvo en el Escambray como miembro de la campaña de alfabetización “Conrado Benítez”, solicitud que no demora en responder con extremo placer.
Es entonces que al pronunciar cada palabra sus ojos se iluminan con el Sol de aquellos días gloriosos en que enseñaba a leer y escribir a quienes desconocían el mundo de los libros.
En esos espacios memorables la lajera con 74 años de edad dibuja magistralmente desde su memoria la cuartilla y en ocasiones hasta tararea estrofas del himno de la alfabetización con una voz permeada de nostalgia pero que de inmediato se aviva al ver reflejados en sus pupilas a niñas y niños por decenas que acuden a las escuelas sin limitación alguna para pertrecharse de conocimientos.
Contemplarla cada mañana es acercarse a su historia, sus canas enfatizan el paso del tiempo, mientras que su disposición y entrega acentúan el presente.Zoila planta mariposas en su jardín porque el olor de las flores le recuerda su estancia en el lomerío a donde llevó la luz del saber en respuesta al llamado de Fidel por la necesidad de lograr una nación libre de analfabetismo.
Esta mujer competente y sensible sabe del lenguaje de las aves y el acertijo que hace posible descubrir los sueños de la infancia, cuenta con el respeto y cariño de todos en la barriada y aunque omiten su nombre, un vocablo inmenso: maestra, identifica a esta septuagenaria que ya es toda una leyenda.