Los revolucionarios del mundo celebramos recientemente los 92 años del natalicio de Ernesto Guevara de la Serna. La fecha devino un lugar para la Utopía. En Cuba, el 14 de junio registra la coincidencia histórica del natalicio de Antonio Maceo en 1845, y el día de cambio de atributos de la noble esperanza que tiene en el Che el ideal del hombre nuevo. Pero sobre la efeméride, el consenso no es unánime.
¿Cuál es el problema? Bueno, son muchas las referencias, presuntamente basadas en un testimonio de Celia de la Serna, de que Ernesto nació el 14 de mayo, pero que debieron inscribirlo el 14 de junio por los consabidos prejuicios de la época. Se dice que de admitir la fecha real, pues quedaría al descubierto que la pareja sostenía relaciones carnales antes del matrimonio, lo cual no era bien visto entonces.
En la inmensa mayoría de los textos, aparece que la pareja andaba por la provincia de Misiones, atendiendo propiedades de la familia. Y que por allá el parto se adelantó. Trataron de regresar a Buenos Aires. El futuro Guerrillero Heroico nació en el Hospital Provincial del Centenario de Rosario.
El dato aparece en la biografía Celia, la madre del Che, de la ya fallecida periodista argentina Julia Josefina Chiquita Constela, quien aseguró mantener una cercana amistad con ella. Las tías de Celia, encargadas de criarla al quedar huérfana, ataviadas de viejos tabúes, habrían reaccionado de mala manera de saberlo, según escribió y aseguró hasta su deceso la autora del volumen.
Hasta se llega a especular que aquel viaje de los cónyuges, fue con el deliberado propósito de que Celia de la Serna diera a luz lejos de la mirada indiscreta de la gente. El dato aparece ya, al menos, en un libro cubano, es decir, que no se circunscribe únicamente a lo bueno y a lo malo que se escribe por el mundo sobre los revolucionarios cubanos, vivos y muertos.
En su documentación personal, sin embargo, Ernesto Che Guevara no concede ambigüedades sobre eso. En planillas de rigor del Ejército Rebelde, de su puño y letra, el Guerrillero Heroico consignó más de una vez que nació el 14 de junio de 1928. Una de ellas me resultó ciertamente ejemplar: significaba la lealtad al Comandante en Jefe, y en el acápite que recababa precisiones en torno a la raza, el Che se limitó a trazar una raya.
Sorprende, eso sí, que Celia de la Serna confesara un capítulo semejante a alguien, y que se lo ocultara de por vida al hijo con quien tuvo siempre una cercanía especial de complicidad, de intereses, incluso de caracteres, además del consabido amor maternal.
Y en el Diario de Bolivia, el Che también fue clarísimo al respecto. El 14 de mayo de 1967 se cuenta de un fricasé de gallina con arroz que comieron en una casa abandonada, pero no alude nada, absolutamente nada en torno al cumpleaños. Sin embargo, un mes más tarde, el 14 de junio, apuntó: He llegado a los 39 y se acerca inexorablemente una edad que da que pensar sobre mi futuro guerrillero; por ahora estoy ´entero´. Y en la existencia de apóstoles y de próceres, la palabra deviene ministerio, documento probatorio.
