El Día de la Décima Cubana se inscribe en igual fecha que el nacimiento de Jesús Orta Ruíz, para todos el Indio Naborí. La naturaleza misma de la literatura significa el 30 de septiembre como jornada obligada para recrear aún más, a esa viajera peninsular que se aplatanó en este archipiélago.
El poeta, Premio Nacional de Literatura en 1995, fusionó magistralmente lo popular y lo culto. No olvidemos que en los campos de Cuba, en el surco, donde el campesino se acompaña del arado y el sombrero de yarey, se cultiva la décima, tanto como en las importantes academias o en el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado.
Su extensa obra se reconoce en nuestra isla y en el mundo, pues abarca diferentes géneros literarios desde la poesía, incluyendo la poesía improvisada, el ensayo y el periodismo.
Con gran sensibilidad, marcó su poesía, matizada con esa gracia propiamente suya, en la que sobresale la sensibilidad humana y las más sagradas aspiraciones alentadas históricamente por el espíritu nacional de su pueblo.
En este poeta también habitó el periodista y en ese oficio dejó huellas, por ello se reconoció con la distinción Félix Elmuza, concedida por la Unión de Periodistas de Cuba, y los premios periodísticos Juan Gualberto Gómez y 26 de Julio.
Mereció, además otros importantes premios y reconocimientos la Distinción por la Cultura Nacional en 1981, las réplicas del machete de Máximo Gómez y de la pluma de El Cucalambé y Título Honorífico Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
Como hombre humilde, abogó siempre por conservar la cultura campesina, sitio donde se establecen sus raíces.
El 30 de septiembre marca la impronta del poeta y del hombre universal, El Indio Naborí.