Disímiles maneras de proyectarse adopta la poesía, descendiente del género lírico, exponente de sublimes anhelos y portadora de hermosas imágenes.
Cómplice de los más íntimos sentimientos, amiga de confesiones amorosas, de los secretos entretejidos de forma sublime por el bardo que sufre de amor ahogando la esperanza, entre rimas y versos o en medio de un lenguaje prosificado con notas musicales colocadas sobre un pentagrama de ensueños.
A veces la estrofa se torna soldado para empuñar las armas contra la injusticia o para dedicar una elegía al amigo que dice adiós a un horizonte sin regreso; la poesía anida en los lugares más inciertos y se hace visible solamente para aquellos que saben entregarse sin imponer la razón.
Este día es especial para todos los que sueñan con el corazón, para los que saben amar, los que ponen metáforas y epítetos a la vida cotidiana convirtiéndola en bella epopeya de optimismo.