Foto: Reina María Hernández Morales
Atraídos por la experiencia del Centro de Estudios de Desarrollo Agrario y Rural (CEDAR) como facilitador del desarrollo local sostenible y por la posibilidad de trabajar conjuntamente, docentes, investigadores y productores del estado mexicano de Coahuila participaron en el curso de posgrado sobre Desarrollo Agrario y Rural en la institución de la Agraria.
Impartido por especialistas del CEDAR, la superación contó con la presencia de 11 profesionales del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario 21, de la ciudad de Parras de la Fuente, incluido el director del plantel.
Como parte de la pasantía, los mexicanos visitaron fincas y patios ecológicos en La Habana y San José de las Lajas, capital de Mayabeque.
En el Patio Integral Escuela “La Joya”, en San José de las Lajas, escenario del Proyecto ALBA y aula de la Universidad Agraria de La Habana, los visitantes mostraron interés en ver en funcionamiento el Programador de Riego, un mecanismo hecho con materiales reciclables, que no consume energía y permite el uso racional del agua.
En uso desde 2004 y patentado y donado a la humanidad por sus inventores, el productor Osvaldo Franchi-Alfaro Roque y su esposa Miriam González Pompa, propietarios de “La Joya”, el programador es utilizado en países como Venezuela, Canadá, Colombia y Costa Rica.
“Estamos deseosos de trabajar con el CEDAR por su experiencia en las comunidades, con estos productores. Queremos llevarnos esta enseñanza para crear una sinergia e intercambiar conocimientos que nos permitan mejorar tanto lo que ellos están viviendo como nuestras condiciones de producción,” dijo el ingeniero agrónomo Gerardo Rodríguez Ríos, jefe de la delegación mexicana.
El Programador de Riego, a juicio de Rodríguez Ríos, encaja entre los objetivos que se propusieron con su visita a Cuba. Aunque Parras de la Fuente, en el noreste mexicano, es también conocido como “el oasis de Coahuila”, el municipio está enclavado en una zona cuyo clima es de subtipos semisecos templados y secos semicálidos.
“Nosotros vivimos en el norte, un desierto semiárido. Las precipitaciones son muy bajas. Hay problemas con el agua. De ahí que este mecanismo de riego sería de mucha utilidad en el Ejido (unidad de producción agropecuaria de uso colectivo) asociado al bachillerato. También queremos compartirla con los estudiantes del plantel.”
Para el profesor, la pasantía en el CEDAR fue un aprendizaje continuo y de mucha utilidad que transmitirán a sus colegas.
“Lo más importante es articular la información. Nuestro interés como institución es negociar algún convenio que nos permita intercambiar estudiantes y abrirnos la posibilidad a los docentes del perfil agropecuario en México de matricular en cursos de posgrado aquí para actualizarnos. Ya estamos en eso”.
Por lo pronto, el propio Rodríguez Ríos y otros dos profesores expresaron su deseo a la directiva del CEDAR de adherirse a sus programas de Doctorado y Maestría en Desarrollo Agrario y Rural.