El cuerpo humano es una maquinaria donde sus piezas realizan funciones específicas pero sino le ayudamos muchas serán las complicaciones.
Es cierto que nuestro organismo tiene la capacidad de limpiarse por sí solo, pero si los niveles de este preciado líquido son bajos esta tarea se complica con el aumento de toxinas y la deshidratación.
Esta última conlleva a dificultades como la indigestión, el estreñimiento, resequedad en la piel, inflamación de las articulaciones, infecciones en el trato urinario, cálculos renales, entre otras afectaciones.
Lo ante expuesto confirma que el agua es un componente esencial para mantener una calidad de vida adecuada, por eso no solo en el verano sino durante toda la vida se debe ingerir los niveles recomendados.