Se acerca el tercer domingo de junio, una fecha en que homenajeamos a los padres, a esos que guían, protegen, consuelan aman y entregan el alma para vivir la maravillosa experiencia de la paternidad.
En la avenida 33, número 4010 entre 40 y 42 de San José de las Lajas reside uno de esos escuderos de la vida, cimiento sólido de hogar, manantial de alegría, bondad y faro de luz.
Celerino Suárez García es de esos hombres que enamora con sapiencia, derroche de amabilidad, sonrisa incansable, optimismo y un sí como respuesta.
Cualidades que lo llevaron paso a paso a ser un dirigente apasionado y un fiel compañero para María, la esposa de toda la vida.
A los 22 años de edad conoció ese sentimiento inigualable de paternidad, al tener a su primer hijo, experiencia multiplicada con el nacimiento de sus otros dos hijos.
Esta familia grande creció y ser abuelo fue otra oportunidad para volver a ser este, rodeado entonces del dulce aroma de sus tres nietas y del espíritu competitivo de los 4 peloteros de su cuartel.
Hoy, a sus 73 años de edad, ese papá, no lo abandona la alegría que contagia, el buen carácter y esa mirada que no puedo dejar de mencionar por la esperanza y tonalidad futurista de su color verde azul.
Celerino para muchos, Suárez para otros y ojos bellos para pocos, es un progenitor a toda prueba, el amigo que a todos nos gusta tener, ese chofer con el cual el camino se hace ameno y seguro y un hombre orgulloso de ser papá.
