(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Su Excelencia Raúl Castro, Presidente de Cuba;
Colegas;
Distinguidos miembros de la oposición de los países de la OECO;
Miembros del Cuerpo Diplomático;
Distinguidos señoras y señores;
En los círculos internacionales se ha vuelto un cliché decir que una ocasión es histórica; sin embargo, describir esta reunión como histórica no es un simple cliché, ya que en esta ocasión se expresa la lucha de los pueblos caribeños por su libertad, por sus derechos inalienables a la independencia y la soberanía y por poder vivir de forma pacífica y responsable en una comunidad global, sin amenazas de sanciones ni tener que servir intereses de otros.
Los pueblos pequeños y marginados de la OECO podemos dar la bienvenida a nuestras costas a Raúl Castro Ruz. Esto es una expresión singular de nuestra admiración, respeto y gratitud al pueblo y al gobierno de Cuba, ya que, más que ningún otro país, Cuba ha establecido que los países caribeños tienen el derecho a existir y a desarrollarse de acuerdo con su propia voluntad y no por instrucciones del poderoso.
Yo no había nacido el último día de 1959, cuando el legendario Fidel Castro y este hombre aquí, su hermano Raúl, liberaron a Cuba de una alianza opresiva de compañías extranjeras y rapaces y de un gobierno corrupto. Tampoco había nacido en 1961 cuando la brigada de patriotas cubanos detuvieron la invasión a su país por Bahía de Cochinos. Solo tenía ocho años cuando el gobierno de Castro envió sus tropas para ayudar a Angola, mientras esa nación africana se defendía contra fuerzas que trataban de destruirla y mientras luchaba contra los ejércitos invasores de la Sudáfrica del apartheid.
El reverenciado Nelson Mandela, sobre esta contribución cubana a la liberación africana, dijo, y cito: «Por primera vez un país venía de otro continente, no para llevarse algo de aquí, sino para ayudar a los africanos a alcanzar su libertad», fin de la cita.
Estos ejemplos de lucha por el derecho, de valor ante el poderoso han ocupado mi mente durante toda mi vida, así como estoy seguro de que han desarrollado la imaginación de todos los que estamos aquí hoy en esta asamblea.
Estoy convencido de que él había rechazado la caracterización, pero me veo obligado a destacar hoy que nosotros en la OECO nos sentimos honrados de dar la bienvenida a un hombre que es un héroe de Cuba, y un héroe también para los pueblos del Caribe, Raúl Modesto Castro Ruz (Aplausos).
Recordamos que él y sus compañeros que bajaron de las montañas de la Sierra Maestra para liberar a Cuba también representan a los pueblos caribeños que buscan su libertad, autonomía y soberanía.
Señora Presidenta:
El presidente Castro ha viajado algunas millas desde La Habana para asistir a esta sesión. El viaje en sí ha sido largo y tortuoso, ha tenido que saltar barreras impuestas por los que tratan de confundirnos y controlarnos, los que imponen embargos y bloqueos para aislar a Cuba.
Yo solo tenía 5 años, hace 45 años, el 8 de diciembre de 1972, cuando cuatro países caribeños independientes cortaron las cadenas del pasado y establecieron relaciones diplomáticas con Cuba, desafiando el bloqueo comercial y diplomático.
Estos momentos de la resistencia cubana y de la solidaridad caribeña fueron una luz en la historia de nuestra región, una inspiración para mi generación de proteger los intereses económicos de nuestra nación y preservar la independencia y bienestar de nuestro pueblo.
En 1972 los cuatro países caribeños se levantaron luchando por los principios de la justicia y la solidaridad regional. La acción caribeña se mostró valiente a pesar de la situación, apoyamos los principios de no injerencia y de respeto por la soberanía de todos los estados, grandes y pequeños. La acción de solidaridad estimuló a cientos de naciones a hacer lo mismo, por tanto, hace menos de un mes 191 de los 193 Estados en la Asamblea General de las Naciones Unidas votaron por poner fin al embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba e instaron al gobierno y al Congreso de los Estados Unidos a poner fin al embargo inmediatamente, reconociendo que es contrario al Derecho Internacional y daña los intereses económicos, incluidos los del sector privado y del pueblo de los Estados Unidos.
Es un llamado a poner fin a un error de larga data y establecer una nueva cara en el hemisferio, de modo que las naciones puedan cooperar ante retos actuales como el terrorismo, el cambio climático y las enfermedades transmisibles.
Estos retos no favorecen ninguna bandera y, mucho menos, ninguna ideología, es corregir un error de 58 años para que Cuba y el pueblo cubano sean parte de la familia de las Américas, donde se han ganado su derecho a estar presentes (Aplausos). Es un llamado al que yo me sumo, es decir, poner fin a ese bloqueo sin sentido contra Cuba y a devolver la bahía de Guantánamo al pueblo cubano. Es un llamado que yo considero es apoyado por todas las personas presentes hoy aquí.
Señora Presidenta:
Los pueblos y gobiernos de la OECO y de Cuba han disfrutado de una estrecha y beneficiosa relación de cooperación. Cientos de nuestros jóvenes se han capacitado y son hoy profesionales, contribuyen al desarrollo de nuestras sociedades, gracias a las becas concedidas por el gobierno cubano.
También somos beneficiados de la experiencia cubana en la salud, el deporte, la agricultura y el manejo ante desastres naturales. En tiempos de crisis en nuestra subregión, Cuba ha estado entre los primeros en responder. De hecho, el gobierno y el pueblo de Cuba nos han ayudado aun cuando ellos mismos han estado enfrentando un desastre natural.
Se han sentado las bases para una mayor relación económica entre la OECO y Cuba en el comercio, en inversiones y empresas conjuntas en el turismo. Cuba ha logrado mantener su economía y convertirse en una nación líder en educación y salud, tanto así que puede brindar oportunidades a otros pueblos. Esto es un tributo a un gobierno que ha gestionado sus asuntos de forma exitosa durante 58 años. Ha logrado todo lo que se ha impuesto hacer y ha mostrado su competencia en las relaciones exteriores.
Señora Presidenta:
En casi seis decenios un hombre mantuvo varios cargos y desempeñó un papel importante en la historia política de Cuba y en sus relaciones internacionales, es un privilegio para nosotros que ese hombre se encuentre ahora ante
nosotros, sentado aquí a mi derecha, y me honra darle la bienvenida.
Señoras y señores:
Es mi más profundo privilegio invitar a Su Excelencia el presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz, a dirigirse a esta magna audiencia. De pie (Aplausos).