En esta fecha o fuera de ella, los que pertenecemos al sector tenemos la responsabilidad de defender nuestra cultura, raíces, tradiciones e identidad a través del ejercicio cotidiano.
Muchos son los profesionales en las diferentes manifestaciones artísticas que laboran desde las instituciones culturales para enriquecer o transformar el gusto estético de la población cubana.
Por muy sencillo que parezca, es una actividad constante y difícil, sobre todo, porque nos marca los talones, la llamada globalización de la cultura, y agrego, que no se trata de negar la cultura foránea, muchísimas veces buena y enriquecedora, es preciso aplicar la ley de la negación de la negación.
Vivimos en un país auténtico, donde encontramos lo real maravilloso de este mundo. Con sabrosos ritmos musicales, estudios transdisciplinarios, y ese sabor latino que nos identifica en cualquier parte del mundo.
Saber nuestra cultura, beber de ella, alimentar nuestro espíritu de ese universo cultural que nos hace cubanos es ratificante.