Francisco. (en latín, Franciscum PP.), es el papa número 266.° de la Iglesia católica y actual jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano. De nombre secular Jorge Mario Bergoglio, nació en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Resultó electo el 13 de marzo de 2013, durante la quinta votación del segundo cónclave del tercer milenio. Sucediendo como Sumo Pontífice y Obispo de Roma a Benedicto XVI, quien había renunciado 14 días atrás.
Francisco es el primer pontífice originario del continente americano y el primero que no es nativo de Europa, Oriente Medio o el norte de África; igualmente, se trata del primer pontífice hispano desde Alejandro VI y el primero no europeo desde el año 741, año en el que falleció Gregorio III, que era de origen sirio. Además es el primer papa miembro de la orden jesuita (Compañía de Jesús).
En sus primeras palabras como Papa católico expresó:
Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo[2]
Antes de su elección como Sumo Pontífice, el entonces cardenal Bergoglio ejercía como arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina desde febrero de 1998. Fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos.
Vida antes del papado
De ascendencia italiana, Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires, capital de Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Es uno de los cinco hijos del matrimonio italiano formado por Mario Bergoglio, trabajador ferroviario de origen piamontés, y Regina Sivori, ama de casa, nacida en Argentina.[3]
Estudió en la escuela secundaria industrial Escuela Nacional de Educación Técnica N.º 27 Hipólito Yrigoyen en la que se graduó como técnico químico, tras lo cual estuvo trabajando en el laboratorio Hickethier-Bachmann, realizando análisis bromatológicos destinados a controlar la higiene de productos alimenticios. Ya en esa época sentía una fuerte vocación religiosa.
En su juventud, una enfermedad hizo que fuese sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón.[4] A pesar de ello, el papa Francisco goza en la actualidad de buena salud y según los médicos, el tejido que le falta a su pulmón no tiene impacto significativo en su salud. La única preocupación sería una disminución en la reserva de la respiración si llegara a padecer una infección respiratoria.
Sacerdocio
Con 21 años, en 1957 decidió convertirse en sacerdote. El 11 de marzo de 1958 ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús, realizado estudios humanísticos en Chile, y en 1963, de regreso a Buenos Aires, se licenció en Filosofía en la Facultad de Filosofía del Colegio «San José» de San Miguel. De 1964 a 1965 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, y en 1966 enseñó la misma materia en el colegio de El Salvador de Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió Teología en la Facultad de Teología del Colegio «San José», en San Miguel de Tucumán (norte de Argentina), donde se licenció. [3]
El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote[3], año en el que se desplazó a España para cumplir su tercer “probandato” (periodo que sirve para preparar intelectualmente a los jóvenes sacerdotes) y en el curso 1969-71, superó la tercera probación en la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid. El 22 de abril hizo la profesión perpetua.
En 1972 regresó a Argentina, después de su época en España para ejercer como maestro de novicios en Villa Barilari, en San Miguel (1972-1973), profesor de la Facultad de Teología, Consultor de la Provincia y Rector del Colegio Massimo. El 31 de julio de 1973 fue elegido Provincial de Argentina, cargo que ejerció durante seis años.
Entre 1980 y 1986, fue rector del Colegio Massimo y de la Facultad de Filosofía y Teología de la misma casa y párroco de la parroquia del Patriarca San José, en la diócesis de San Miguel. En marzo de 1986, se trasladó a Alemania para concluir su tesis doctoral, y sus superiores lo destinaron al colegio de El Salvador, y después a la iglesia de la Compañía de Jesús, en la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.
Episcopado y cardenalato
Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Oca (Auca, en latín) el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires. Cuando la salud de su predecesor en la arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a debilitarse, Bergoglio fue designado arzobispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997. Al fallecer Quarracino lo sucedió en el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998, cargo que lleva añadido el título de primado de la Argentina.
Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el papa Juan Pablo II lo creó cardenal con el titulusde San Roberto Belarmino. Como cardenal formó parte de la Comisión para América Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Por ser arzobispo de Buenos Aires era también miembro de la Conferencia Episcopal Argentina, de la que fue presidente en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011, no pudiendo ser reelegido una vez más por no permitirlo el artículo 61 de los estatutos. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
En 2005, el cardenal Bergoglio, ya siendo presidente de la Conferencia Episcopal, autorizó la tramitación de la causa para la beatificación de los seis miembros de la sociedad de vida apostólica de los Padres Palotinos que fueron asesinados en 1976 en la conocida masacre de San Patricio. Al mismo tiempo, Bergoglio ordenó investigar la masacre en sí, que se le atribuye mayoritariamente al régimen militar argentino.
Como arzobispo y cardenal, Francisco fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Optó por promover el diálogo y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; así como por reforzar la tarea pastoral en las parroquias, aumentando la presencia de sacerdotes en las villas (barrios marginales). Esto hizo que fuese conocido como «el obispo de los pobres».
El sociólogo Fortunato Mallimaci indicó que «tuvo mucha presencia en actos contra la trata de personas, en favor de las víctimas de accidentes de tránsito o de las tragedias de la discoteca Cromañón (2004) y de la estación ferroviaria de Once (2012)». Compartió misas con prostitutas, visitó las cárceles y dio libertad para que actuaran los sectores progresistas de la Iglesia.
Un estilo de vida sencillo ha contribuido a la reputación de su humildad: Vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia palaciega episcopal, renunció a su limusina y a su chofer en favor del transporte público, y cocinaba su propia comida. Disfrutaba de la ópera, el tango, y el fútbol; es hincha y socio activo simple del Club Atlético San Lorenzo de Almagro. Es también un apasionado lector de Fiódor Dostoievski y Jorge Luis Borges, además de autores clásicos.
Bergoglio, antes de ser elegido papa, presentó su renuncia como arzobispo al cumplir los 75 años, de acuerdo al Derecho canónico. Tenía previsto jubilarse una vez fuese nombrado su sucesor y retirarse a un hogar para los sacerdotes mayores o enfermos, donde ya tenía reservada una habitación; para después llevar una vida de oración y de dirección espiritual, alejada del gobierno eclesiástico[5].
Papado
Elección
Durante el cónclave de 2013 se lo consideró como un candidato reformista, con edad y capacidad para reformar la curia. A pesar de ello, no figuraba entre los papables más sonados. Pero antes de que se hiciese efectiva su renuncia, Benedicto XVI había tenido un gesto hacia Bergoglio, pues lo había designado como miembro de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), lo que se interpretó como un mensaje implícito de confianza.
Fue el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, quien dio a conocer un documento único con la ponencia de Jorge Mario Bergoglio ante los cardenales inmediatamente antes del cónclave. Este documento incluye cuatro puntos:
- En el primer punto expresó: «La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria».
- En el segundo párrafo caracterizó a la institución como una Iglesia «autorreferencial», centrada en sí misma, una tendencia que enferma a la institución.
- En el tercer punto, Bergoglio profundizó este problema. «La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia… y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual».
- En el cuarto punto hizo un comentario sobre las características que él consideraba debía tener un papa actual. El pontífice sería, explicó Bergoglio, «un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo… ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales»[6]
El 13 de marzo de 2013, en la quinta ronda de votación del segundo cónclave del tercer milenio, alcanzó la mayoría de votos, resultando electo como el Papa número 266 de la Iglesia y sucesor de Benedicto XVI. Tomó el nombre de Francisco —en ocasiones reproducido incorrectamente como Francisco I[7]— y, en su primera aparición pública, elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI.
Hermanos y hermanas, buenas tardes. Sabéis que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo; pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja. (Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre). Y ahora, comenzamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí… Ahora daré la bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. (Bendición). Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.[8]
Bergoglio escogió el nombre de Francisco como su nombre pontifical en honor a san Francisco de Asís, un santo italiano que en el siglo XIII fundó la Orden Franciscana y que se caracterizó por su entrega a los pobres y su humildad extrema. Algunos periodistas señalaron al respecto que su preferencia por este nombre fue un signo de cómo quiere llevar a cabo su pontificado, y el papa declaró posteriormente a la prensa que le gustaría «una Iglesia pobre y para los pobres»[9] al explicar el porqué de su opción por el nombre de Francisco de Asís: «Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la Creación».
El papa explicó distendidamente que después del cónclave le sugirieron algunos nombres, como Adriano, por Adriano VI, un papa reformista; o Clemente, por Clemente XIV, el papa que prohibió a los jesuitas, como una pequeña “venganza”. Sin embargo, optó por Francisco por unas palabras que le comentó el cardenal brasileño Claudio Hummes, cuando estaba alcanzando la mayoría para ser elegido: «No te olvides de los pobres»[9].
Primeras actividades
Un día después de su elección como sumo pontífice, el Papa Francisco realizó una misa en la Capilla Sixtina además de una visita a la Basílica de Santa María la Mayor.[10] En la noche del día 14, Francisco visitó la residencia en la que se había hospedado, junto a varios cardenales, durante las jornadas del Cónclave de 2013, y efectuó el pago de la cuenta por su estadía en dicho lugar. Pese a la negativa de los administradores, el recién consagrado Papa insistió alegando que “era lo justo”.[11]
En su segundo día de pontificado, el viernes 15 de marzo, recibió en audiencia a todos los cardenales en la Sala Clementina del Vaticano. Francisco agradeció el apoyo recibido en el cónclave papal, y alabó la labor realizada por su antecesor Benedicto XVI, del que dijo sentir “una gran gratitud y afecto por mi predecesor, quien revigorizó la Iglesia con su fe, sus conocimientos y su humildad”. También manifestó que “todos nosotros vamos a tratar de responder con fe para llevar a Jesucristo a la humanidad y para traer a la humanidad a regresar a Cristo, a la Iglesia”.[12]
El sábado 16 recibió a los periodistas en audiencia en el Aula Pablo VI, a quienes bendijo y agradeció por el trabajo realizado durante los días del cónclave. En dicho acto el papa habló por primera vez desde que fue elegido en idioma español: “Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica y otros no son creyentes, pero respetando la consciencia de cada uno, os doy mi bendición sabiendo que cada uno de vosotros es hijo de Dios. ¡Qué Dios los bendiga!”.[13][14]
Vuestro trabajo requiere estudio, sensibilidad y experiencia, como en tantas otras profesiones, pero implica una atención especial respecto a la verdad, la bondad y la belleza; y esto nos hace particularmente cercanos, porque la Iglesia existe precisamente para comunicar esto: la Verdad, la Bondad y la Belleza «en persona» (…) .
- Papa Francisco, 16 de marzo de 2013[1
El domingo 17, una vez realizado su primer rezo por del Ángelus[15], apareció su primer tweet en el cual expresó: “Queridos amigos, os doy las gracias de corazón y os ruego que sigáis rezando por mí”.[16]
El 18 de marzo se reunió con la mandataria argentina, Cristina Fernández, en la que constituyó la primera audiencia privada del nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia católica con un jefe de Estado. El encuentro duró cerca de 20 minutos y fue seguido de un almuerzo. En la reunión, la presidenta pidió al papa su intermediación para conseguir dialogar con el Reino Unido respecto a la soberanía de las Islas Malvinas. También intercambiaron obsequios entre sí.[17]
El 19 de marzo, día de San José, tuvo lugar la misa de inicio de su pontificado la cual se realizó en la Plaza de San Pedro con la presencia de representantes de 132 países (entre ellos varios mandatarios, vicepresidentes y ministros) así como líderes de otras comunidades religiosas. La misa comenzó a las 9 y media de la mañana (hora local de Roma) acompañado de 10 patriarcas de Iglesias Orientales así como por 4 cardenales católicos quienes tras rezar ante la tumba de San Pedro, ubicada debajo del altar mayor de la Basílica de San Pedro, se dirigieron hacia la plaza. Durante la misa el nuevo papa recibió el palio, una banda blanca con cinco cruces rojas, y el anillo del Pescador, un símbolo del papado, un anillo de plata bañado en oro, en el que se graba su nombre y su sello, que le fue colocado en el dedo anular de su mano derecha.[18][19]
Entre los representantes oficiales de varios países presentes, estuvieron los mandatarios latinoamericanos[20]Enrique Peña Nieto de México, DilmaRousseff de Brasil, Sebastián Piñera de Chile, Cristina Fernández de Argentina así como el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy y los vicepresidentes de Estados Unidos y de Cuba, JoeBiden[21] y Miguel Díaz-Canel Bermúdez.[22]
Días después protagonizó un encuentro histórico al reunirse en la residencia papal de CastelGandolfo con su predecesor el Papa emérito Benedicto XVI.[23]
Gestión del pontificado
Como Sumo Pontífice, Francisco se ha caracterizado por marcar diferencia de sus predecesores, acostumbrado a romper el protocolo y marcar un nuevo estilo más personal que muchos han caracterizado como “diferente” [24] además de haber imprimido un nuevo estilo en la forma de dirigir la Iglesia así como en las acciones de la misma[25] Desde el mismo inicio de su pontificado ha reclamado la construcción de una Iglesia “más cercana a los pobres”[26] así como ha invitado a los sacerdotes a “acercarse al sufrimiento” y salir a las “periferias, donde hay sufrimiento, sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones”.[27] Sus discursos, muchos de ellos improvisados, ha criticado males de la sociedad actual[28] como el desempleo[29], la falta de oportunidad para los jóvenes, la mercantilización de la educación, la pobreza, el hambre, la desinformación en los medios, la guerra[30] y la cultura del dinero.
“El actual sistema económico nos está llevando a una tragedia. Vivimos las consecuencias de una decisión mundial, de un sistema económico que idolatra a un dios llamado Dinero”.[31]
Francisco también ha llamado a la Iglesia a adaptarse a los nuevos tiempos y es por ello que uno de los ejes fundamentales de su papado ha sido el acercamiento a las redes sociales y la Internet como forma de difundir el mensaje de Dios “a los jóvenes y a los que anhelan la Misericordia y esperanza de Dios”[32]
Tras los primeros meses de su pontificado, las encuestas muestraron que el papa Francisco contaba con un elevado índice de aprobación y ha mejorado la imagen de la Iglesia católica.[33] Algunos periodistas han señalado que una de las claves de la aceptación del nuevo papa es su lenguaje claro y directo, que proporciona titulares casi a diario contra la corrupción, la mundanidad o la ambición.[33] Pocas semanas después de su elección ya había aumentado tanto el número de confesiones como la asistencia de los fieles a misa, lo que se denominó el «efecto Francisco»[34]; y según un estudio, numerosas personas que se habían alejado de la Iglesia católica están acercándose nuevamente a ella.[33]