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El daño a los pulmones comienza temprano en los fumadores y estas personas tienen un nivel más bajo en el funcionamiento de los pulmones, pero puede que tome años para que el problema sea notable y se diagnostique la afección pulmonar. El hábito de fumar causa muchas enfermedades pulmonares que pueden ser tan graves como el cáncer de pulmón.

La bronquitis crónica es una enfermedad en la que las vías respiratorias producen demasiada mucosidad lo que obliga a la persona a toser para expulsarla. Éste es un problema común para los fumadores. Las vías respiratorias se inflaman y la tos se hace crónica. Las vías respiratorias se obstruyen por tejido cicatrizado y mucosidades, lo cual puede resultar en neumonía.

No hay cura para la bronquitis crónica, pero dejar de fumar puede ayudar a mantener los síntomas bajo control y que el daño ocasionado por la enfermedad sea más grave.

Fumar es también la principal causa de enfisema, otro padecimiento que destruye lentamente la capacidad respiratoria. El oxígeno llega a la sangre al atravesar un área de superficie extensa en los pulmones.

En un enfisema, las paredes entre los sacos se desintegran y crean sacos más grandes, pero en menor número, por lo que disminuye la cantidad de oxígeno que llega a la sangre, el área superficial del pulmón y, en consecuencia, la cantidad de oxígeno que llega a la sangre. El área de la superficie del pulmón puede llegar a reducirse tanto que una persona con enfisema debe esforzarse demasiado para poder obtener suficiente oxígeno, incluso sin hacer actividad física alguna.

Las señales de enfisema en etapa avanzada puede que incluyan una tos que no se alivia, la cual a menudo es descartada como la común “tos de fumador”, falta de aliento incluso al recostarse, sensación de cansancio y pérdida de peso. Las personas que tienen enfisema presentan muchos problemas que causan una función pulmonar deficiente, incluyendo pulmonía.

En las etapas finales de la enfermedad, los pacientes sólo pueden respirar sin malestar mediante la ayuda de un tubo de oxígeno colocado en la nariz.

El enfisema no es curable ni reversible, pero puede ser tratado y aliviado si la persona deja de fumar.

El humo del tabaco contiene muchas sustancias químicas y partículas que irritan las vías respiratorias y los pulmones. Cuando un fumador inhala estas sustancias, el cuerpo trata de eliminarlas al producir mucosidad y al toser.

La conocida tos mañanera de los fumadores se produce por muchas razones. Normalmente, las formaciones parecidas a diminutos vellos se proyectan hacia afuera y expulsan los materiales nocivos de los pulmones. Pero el humo del tabaco debilita la acción purificadora, por lo que algunas partículas del humo permanecen en los pulmones y la mucosidad se queda en las vías respiratorias. Mientras un fumador duerme y no fuma, algunos cilios se recuperan y comienzan a funcionar nuevamente.

La solución a todos estos males es únicamente renunciar al cigarro. Deja de fumar y serás un triunfador ¿Las armas? Voluntad, conciencia y constancia.

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