ISLAMABAD.-Pakistán celebró ayer de luto las fiestas por el fin del Ramadan, mes sagrado para los musulmanes, tras varios mortíferos atentados y un accidente letal que causaron más de 240 muertos y centenares de heridos.
En su último parte, las autoridades pakistaníes cifraron en 153 el número de fallecidos por la explosión del domingo pasado de un camión cisterna cargado de combustible cerca de la ciudad de Bahawalpur, en la oriental provincia de Punjab.
El vehículo con 40 000 litros de gasolina viajaba de la ciudad de Karachi hacia Lahore y se volcó mientras intentaba dar un giro brusco, explicó a la prensa Rana Mohammad Saleem Abdul, funcionario del gobierno local.
Radio Pakistán detalló que tras el siniestro muchas personas, entre ellas mujeres y niños, se acercaron al camión para recoger el carburante derramado en la carretera, lo cual provocó un gran número de fallecidos y lesionados al estallar.
Poco después seis niños perdieron la vida en la agencia tribal de Waziristán del Sur cuando manipulaban un
artefacto explosivo en forma de juguete, informó a la televisora Geo News un funcionario del territorio.
Entretanto la cifra de muertos por el doble atentado con bomba ocurrido el viernes en un mercado de la occidental ciudad de Parachinar aumentó a 72, tras el fallecimiento de varios heridos graves.
Horas antes, un suicida hizo estallar un automóvil cargado de explosivos frente a un retén militar cuando intentaba atacar una comisaría y la oficina de un jefe policial en la ciudad de Quetta, capital de la suroccidental provincia de Baluchistán.
En el ataque murieron 13 personas y otras 17 resultaron heridas, según las autoridades médicas.
Ante la situación, el alto mando del Ejército ordenó revisar las medidas de seguridad en todo el territorio nacional e intensificar las operaciones contra los grupos extremistas.
En junio del 2014 las fuerzas armadas lanzaron una campaña en las zonas tribales para enfrentar a las formaciones radicales, complementada este año con la ofensiva denominada Radd-ul-Fasaad.
Pese a las cifras gubernamentales y de especialistas sobre la disminución de la violencia, esas agrupaciones mantienen su capacidad para ejecutar atentados y otros ataques.