Los cubanos y cubanas somos así, amantes de la música, alegres por naturaleza y nos place compartir la alegría, de ahí, que la falsa noticia corrió ligera, eso lo sabemos quienes imaginamos tal vez por un segundo, la probabilidad de al menos un concierto del afamado cantante.
Nada, una disculpa, un esclarecimiento, la realidad: Cuba no está en sus planes. Nosotros nos perdemos su concierto aquí. Él, acostumbrado a sobradas muestras de cariño, a públicos emocionados, aplausos prolongados, notorios premios, acogida de la prensa a su vida profesional y particular, no reparará nunca en lo que pudo encontrar aquí.
Estoy segura, que no calcula la inmensidad de un público especial. No puede imaginar cuánto calor humano, aún cuando las temperaturas estuvieran bajas, iba a encontrar en este lado de la geografía.
Mientras, nosotros seguiremos escuchando su música, contaremos después, como un día nos sumimos a esa noticia que auguraba su visita y luego conocimos la falsedad de la misma; pero seguiremos cantando, no perdemos la alegría, aunque sé que nunca Marc Anthony imaginará al público, los aplausos, muestras de cariño y emociones que pudo encontrar acá, en todos los que aman y siguen su música…En fin, seguimos cantando:
Y para qué llorar, pa’ qué
Si duele una pena, se olvida
Y para qué sufrir, pa’ qué
Si así es la vida, hay que vivirla
Lalalá….