En una carta con la firma del depuesto presidente de Perú, Pedro Castillo, se denuncia a «una fiscal sin rostro» y a un grupo de «médicos camuflados» de intentar sacarle una muestra de sangre sin su consentimiento, según reportes de RT.
«Hoy visité al presidente Pedro Castillo y me autorizó a difundir esta carta con su firma», tuiteó el sábado el congresista peruano Guillermo Bermejo.
El mandatario destituido culpó a la Fiscalía de la Nación y a su jefa, Patricia Benavides, al Congreso de la República y a otras instituciones que resolvieron sacarlo tras su mensaje a la nación; e incluso a Dina Boluarte, quien asumió la Presidencia de la República. A todas las personas citadas, Castillo las acusó de tramar un «plan maquiavélico» en su contra.
Mientras esto sucede, en muchas partes de Perú se han producido grandes manifestaciones populares contrarias a la salida de Castillo de la Presidencia, y de su posterior detención.
El departamento de Apurímac se declaró en «insurgencia popular», y hasta se produjo un incendio en el aeropuerto de la ciudad de Andahuaylas.
Enfrentamientos entre la policía y los movilizados ya habían provocado más de 37 heridos este fin de semana. A la vez, se reportó un muerto en la ciudad de Huancabamba, donde previamente un civil y un agente fueron trasladados con lesiones a un hospital.
En este contexto de insurgencia popular, las organizaciones sociales de Apurímac anunciaron el inicio de un paro indefinido a partir de hoy, y se ha decretado la suspensión de las clases.
Las generalizadas protestas, que este fin de semana sacudieron varias ciudades del país andino, se producen dos días después de que Dina Boluarte tomara juramento como nueva mandataria.
En tanto, el secretario general de la oea, Luis Almagro, aseguró que la decisión del destituido presidente peruano Pedro Castillo, de disolver «el Congreso de la República sin base constitucional, legal ni normativa, constituye una alteración del orden constitucional en el país». Sin mencionar para nada –por supuesto– ni la forma de deponerlo ni criticar cómo el Congreso peruano hizo imposible que el mandatario, electo por el voto popular, pudiera gobernar y llevar adelante su proyecto de país.