En San José de las Lajas, somos privilegiados porque contamos con lo mejor y más genuino del arte popular.
A propósito de la efeméride que rindió homenaje a los instructores de arte, recordé cuánta fortuna encierra este terruño en la rama cultural.
Son artífices de la dimensión humanística de la cultura, aquellos queentregan parte de sí al pueblo y los nuestros son reconocidos por suempeño.
Empezaré por una mujer toda dulzura que ama a los niños con una fuerzacapaz de sanar; ella es Anais Perera, reconocida por todos como la payasita Lilú.
Con una larga trayectoria, Anais ha merecido galardones dentro y fuerade Cuba. Fue Premio Internacional del Festival de Circo, entre otras distinciones, como es el Premio de Cultura Comunitaria.
En la música lajera, destaca Ismael Prieto, quien fuera director del grupo Visión, un colectivo de innumerables creaciones que marcan una tradición en esta ciudad capital. Ellos cuentan con una historia riquísima en la preferencia del pueblo y por supuesto, llevaron el sabor de este municipio a varios países de América Latina y el Caribe.
En la poesía, San José de las Lajas le debe un lugar especial a Ester Trujillo, única y auténtica vocera de la lírica, amante de las tertulias, educadora eterna de los niños y jóvenes, con una sensibilidad exquisita para la intimidad, pero especialmente para representar el sentir del pueblo que la vio nacer.
Ester y su verbo apasionado han recorrido regiones fuera de fronteras.
Merecedora de innumerables lauros en los eventos literarios mantiene un acercamiento con sus seguidores.
Pero no es posible hablar de tradiciones y arte lajeros sin mencionara un maestro de generaciones, aquel que inundaba las plazas con sus tambores, ese que ha quedado en la memoria de todos, Pedrito Mambo, un promotor de la cultura que desapareció físicamente, pero que no morirá nunca.
Entre esos duendes de las calles que inspiran respeto y admiración, figura uno de los más auténticos pregoneros, José Ibar, elguallero del pueblo, quien más que un comerciante es un artista; ese que obliga al transeúnte a detener su paso ante sus ocurrencias y canciones, ese que hace germinar cultura sin proponérselo.
Humor y Pregón desbordan humanismo en un personaje popular que por símismo ha ganado el premio más renombrado, el del corazón de loslajeros.
A todos ellos y a muchos más le debemos una tradición hermosa y unas inmensas ganas de seguir aquí, donde el arte alimenta al espíritu.