A diario recorre las calles de San José de las Lajas, acompañado de su más fiel aliado, un enorme carretón con el que recoge escombros de escenarios urbanos para dar paso a la higiene y a la belleza.
Las flores y los arbustos de los parques le sonríen a su paso agradecidos por su presencia siempre oportuna y por ser testigos del esfuerzo, buen ánimo y responsabilidad con el entorno.
Los muchachos del barrio, tras el ruido de su carromato corren a recibirlo cuando llega fatigado pero feliz de haber cumplido con su jornada laboral, y es entonces que sucede el milagro de la concordia entre los pequeños y este hacedor de la esperanza, quien además es un genuino cultivador de la amistad.
Cuentan que bajo intensas lluvias rescató de una zanja a Marcial un cachorro abandonado, que actualmente le escolta luciendo sus lunares ya crecidos y su fidelidad a toda prueba.
Asunción, la presidenta de su Comité de Defensa de la Revolución le llama tesorero de ensueños, pues los ramitos de No me olvides que crecen en su jardín son atendidos por él y parecen abrir sus botones a su llegada para gratificar tantos cuidados.
Fidel Vasallo Díaz es trabajador Vanguardia Nacional. Su responsabilidad ante el trabajo, el respeto y buen ánimo que le asisten definen su integridad. Cada jornada cuenta con la mejor huella de este hombre que limpia las calles de las barriadas y las áreas verdes aledañas a los centros estudiantiles de la localidad.
Para San José de las Lajas es como un ícono y sé que con el paso de los años, su voz, las ruedas estridentes de su carretón y su eterna sonrisa compondrán una bella leyenda que revelará la grandeza de un ser humano que ha sabido ser un fiel guardián del medio ambiente.