El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz fue un excelente orador y comunicador. De muchos de sus alegatos y entrevistas nacieron frases que quedaron para la historia y donde se reflejan muchas de las cualidades de ese gran hombre.
“La historia me absolverá”, es una de las máximas más recordadas de nuestro líder histórico, pronunciada en su defensa, después de los sucesos del 26 de julio con solo 26 años de edad, en la que el Comandante manifiesta la confianza en el triunfo de los ideales de justicia e igualdad social.
Durante los preparativos de la expedición hacia Cuba en el Yate Granma para iniciar la lucha contra el tirano Fulgencio Batista fue una constante su convicción en el éxito: “Si salgo, llego; si llego, entro; si entro, triunfo.”
Muchos no calculaban la grandeza de nuestro líder, un ser humano que nunca necesito de blindaje para protegerse del enemigo, porque su fuerza moral y espiritual fueron sus únicos escudos y así se lo expresó en 1979 a un periodista antes de viajar a Naciones Unidas, cuando entre risas le mostró su pecho y le dijo “Voy a desembarcar así en Nueva York… “tengo un chaleco moral que es fuerte. Ese me ha protegido siempre”.
Como ser humano iluminado y con visión futurista, el 26 de julio de 2006, en su discurso por el Día de la Rebeldía Nacional anunció a los vecinos del norte “No pretendo ejercer mi cargo hasta los 100 años” y cinco días después anunció que dejaría temporalmente el poder por motivos de salud.
Tangibles son en cada una de sus alocuciones el carácter profético y la esencia de nuestro Fidel Castro, un hombre de carne y hueso que en su paso por el mundo contribuyó con el bien de la humanidad.