“Es la medicina como el derecho, profesión de lucha; necesítase un alma bien templada para desempeñar con éxito ese sacerdocio…”, así escribió el más universal de los cubanos, José Martí. Reflexión oportuna para saludar a todos los profesionales de la salud en el Día de la Medicina latinoamericana.
Hablar de ellos es hacer mención a la sensibilidad, el humanismo, la solidaridad.
Escriben páginas de honor aquí y en cualquier lugar de la geografía mundial que ha requerido su presencia.
Enfrentan la adversidad con la hidalguía que arropa a las personas de bien, esas que no escatiman esfuerzos a favor de la vida.
Este año, marcado por la letalidad de una pandemia que azota al mundo, los profesionales de la salud de Cuba han sumado razones para inscribirse entre los valientes que desafían el peligro, que aúnan conocimientos y energías para dar luz a la esperanza.
Sirva este y todos los días para valorar a esas personas, que a pesar de las limitaciones y las consecuencias del bloqueo que inciden en el sector de la salud, brindan lo mejor de sí y disponen su experiencia al servicio de la humanidad.
Este Día de la Medicina Latinoamericana, fecha que recuerda al doctor Carlos Juan Finlay, el reconocimiento y respeto a:
Todos los que hacen por la Medicina que es como hacer por la vida.
Los que aman esa profesión como el primer día que decidieron dedicarse a salvar y aceptar los mayores desafíos.
Los que no descansan en el anhelo de aliviar y curar de dolencias.
Los que ya no están pero dejaron su ejemplo como guía en este camino intenso
Los que hacen del sacrificio un acto de vocación humanista.
Los que enfrentan el peligro, minimizan barreras y acuden a donde se les necesite.
Los que hacen de la Medicina la luz para iluminar la esperanza.
A ellas y ellos, que enaltecen a Cuba con su buen hacer aquí y en cualquier lugar que estén: gracias y FELICIDADES
