¡Ay que felicidad, como me gusta hablar Español!

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¡Ay que felicidad como me gusta hablar Español!, acuña una guaracha del trovador cubano Pedro Luis Ferrer que hizo época en la década del 80.

 Y, realmente, es una felicidad que hablemos el español,  lengua antigua en constante evolución, con un notorio respaldo cultural, es la lengua oficial del Estado español, también  de dieciocho países hispanoamericanos y es la segunda lengua más importante en los Estados Unidos

Precisamente cada 23 de abril se celebra el Día Mundial del Idioma Español destinado a rendir homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra cumbre de la Literatura universal.

Para cubanas y cubanos el dominio del idioma español bien podía ser una conquista, pues es Cuba un país alfabetizado desde hace más de medio siglo.

Es esta nación ejemplo ante el mundo por sus logros en el ámbito educacional, pues la enseñanza llega a todos los lugares de la isla, por muy intrincados que estos sean, aquí la educación es un derecho para todos por igual y es gratuita.

Sin embargo, somos testigos a diario de aquellos que empobrecen el idioma; son esas personas que desestiman hacer uso de lo aprendido, cuya parquedad los muestra desconocedores y con escasos recursos del léxico para sostener una conversación.

Están los que agreden el idioma con las groserías más perturbadoras y las formas más inadecuadas, al punto de resultar manifestaciones verbales  violentas.

Al decir de la doctora  Nuria Grégori Torada, directora del Instituto de Literatura y Lingüística: “Más que un problema lingüístico es un problema de actitud, de conducta social que se expresa a través del lenguaje. Las personas a través del lenguaje expresan quiénes son.”

Coincido que  en la actitud debemos reparar, y siempre hablo de los primeros años de vida, de la importancia de la familia, del cuidado extremo en todos los órdenes, salud, alimentación, pero también la conducta, la enseñanza de las mejores manera de expresión del adecuado uso de las palabras resultan muy importantes en la formación del individuo.

Cuando escuchamos a una persona hablar, aun cuando no vemos su rostro, podemos definir de alguna manera su conducta, resulta evidente, quien hace uso correcto del idioma, muestra buena formación, respeto, porque eso se respira, se percibe. 

Generalmente se habla de los jóvenes, pero no son solo los jóvenes quienes hacen un uso incorrecto o lastiman el idioma, los hay que más allá de la mocedad atentan contra el idioma en los planos más peyorativos y anudan una cantidad de palabras indebidas que acribillan el idioma Español.

El idioma Español es hablado por unos 500 millones de personas, es la segunda lengua más usada en todo el mundo,  por tanto merece ser protegida y la mejor manera de lograrlo es  hablando correctamente.

Cual Quijotes de estos tiempos estamos llamados a honrar al ingenioso hidalgo con la mayor aprehensión de su legado, para poder decir desde la mayor naturaleza de nuestro hablar: ¡Ay que felicidad, como me gusta hablar Español!

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