El 6 de octubre de 1976, la aeronave de Cubana de Aviación apenas iniciaba su ruta desde Barbados hasta Jamaica, con destino a La Habana.
Minutos después del despegue, en la segunda detonación la aeronave se desmoronó hacia el mar con su preciada carga a causa de dos bombas empleadas por manos terroristas al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.
En el hecho perdieron la vida 57 cubanos, la mayoría jóvenes integrantes del equipo de esgrima que retornaban del campeonato Centroamericano y del Caribe de Caracas, así como cinco ciudadanos de la República Popular Democrática de Corea y 11 guyaneses que volaban a la isla para estudiar medicina.
Octubre trae para Cuba la presencia de uno de sus momentos más punzantes, de esos que a pesar de los años se conservan vivos en la memoria de todo un país, pero el pueblo cubano se mantiene en pie de lucha, aunque con el sello del sufrimiento eterno por las pérdidas de seres queridos, como aquellos jóvenes que un 6 de octubre, hace 48 años, en pleno vuelo se transformaron en víctimas del terrorismo.
