La Finca Santa Elena es un lugar histórico situado en la localidad de Los Palos, en el municipio habanero Nueva Paz. Fue escenario de prácticas de tiro y otras actividades de entrenamiento militar de los revolucionarios que asaltaron el Cuartel Moncada. Fue declarada Monumento Local el 30 de enero de 1990.
El 8 de junio de 1953, se encuentran Fidel Castro y Mario Hidalgo-Gato, dueño de Santa Elena, en la oficina donde trabajaba Abel Santamaría, en la calle Consulado. El líder revolucionario explica el problema que se presenta para seguir realizando las prácticas de tiro, la necesidad de nuevos lugares. Habla de la urgencia de seguir practicando, por lo que es imprescindible encontrar con la mayor premura dónde continuar esta labor. Se dirige a Mario Hidalgo-Gato y le dice que trate de conseguir en su zona un lugar lo más seguro posible. Se cierra el compromiso bajo la palabra de resolver el asunto en una semana.
El lunes 15 de junio de 1953 Hidalgo-Gato se traslada nuevamente a Consulado para encontrarse con Fidel y darle la noticia del hallazgo. Este, de inmediato, hace un viaje de reconocimiento a Santa Elena, acompañado por Oscar Alcalde. Después de revisar minuciosamente el lugar, Fidel se mostró complacido con las condiciones estratégicas que mostraba, sobre todo le impresionó mucho el bajo relieve del terreno, el cual resguardaría de miradas indiscretas y a la vez amortiguaría el eco de los disparos y dijo: el lugar está tremendo.
El miércoles 17 de junio de 1953, cumpliendo orientaciones de Fidel, Ernesto Tizol viaja a Los Palos, acompañado de Mario Hidalgo Gato, Tomás David Rodríguez y Rolando Guerrero. Con el pretexto de tomar unas medidas, se dirige a Santa Elena. La encomienda del delegado de Fidel era escoger los lugares donde se efectuarían las prácticas de tiro. Caminaron durante horas, hicieron disparos en diferentes sitios y, bien entrada la tarde, pospusieron el trabajo para el día siguiente.
Al día siguiente el grupo volvió a trasladarse a Santa Elena. Hicieron nuevos disparos, nuevas valoraciones y a la altura del mediodía quedaron determinados los lugares que utilizarían en las prácticas. Tizol escogió un descampado que está antes de llegar a la cañada para la realización de ejercicios de comando. La topografía del terreno permitiría el despliegue de varios hombres a la vez. En la parte más ancha de la cañada se practicó el tiro. Las paredes servirían de receptor y se aprovecharía su amplitud para concentrar varios hombres.
El viernes 19 de junio, Ernesto Tizol volvió a trasladarse a Los Palos. Esta vez con un cargamento de dianas, trípodes y cuatro fusiles calibre 22. Mario Hidalgo-Gato recibió estos implementos, los trasladó de inmediato a su finca y los ocultó en la casita del patio, debajo del palmiche.
El 21 de junio de 1953 comenzaron las prácticas de tiro en la finca Santa Elena. Fidel Castro, parado bajo una guásima, destacó la diferencia del movimiento en preparación con la campaña de intrigas y engaños de los políticos, cuyo alimento era el juego a la revolución. Explicó también cómo se desarrollarían los entrenamientos y enfatizó en la discreción que se debía guardar para mantener en secreto esta labor revolucionaria. Jóvenes del municipio Nueva Paz participaron en estos entrenamientos, y varios de ellos estuvieron presentes en los sucesos del 26 de julio de 1953.
Como medida estratégica para la realización de los ejercicios, se llegaba a Santa Elena por diferentes lugares, evitando con ello la formación de grupos muy numerosos. Al principio, las actividades con armas en Santa Elena se realizaban los domingos, dirigidas directamente por Fidel Castro.
En ellas los instructores militares eran Ernesto Tizol, Pedro Miret y José Luis Tascende, quienes empleaban los conocimientos adquiridos en la preparación de la Universidad. Por lo cercano de la fecha en que se llevarían a cabo las acciones de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, las actividades en Santa Elena se intensificaron. A partir del domingo 21 de junio comenzaron a realizarse prácticas casi a diario. Ernesto Tizol fue responsabilizado con el nuevo ciclo de entrenamientos.
Los entrenamientos diarios no tenían la masividad de los dominicales, ya que la mayor parte de los jóvenes de La Habana y de otros lugares no asistían en grandes grupos. Estas actividades de ejercicios militares y prácticas de tiro se desarrollaban bajo rigores de discreción y desinformación. Los obreros de la finca Santa Elena participaron en la tarea de vigilancia para lograr el desarrollo más seguro de los entrenamientos. La buena organización del movimiento creado por Fidel, la disciplina de los participantes y la discreción y silencio de los responsables de la salvaguarda de las prácticas, dieron como resultado positivo el arribo al último día de entrenamiento sin el menor roce con la policía ni la guardia rural, cumpliéndose los fines trazados.
Al conocerse los sucesos delMoncada, la familia Hidalgo-Gato y los trabajadores de la finca realizaron inmediatamente una limpieza de todo lo comprometedor. Dos paquetes de dianas que estaban en la casita del patio fueron escondidos en un cañaveral, después hicieron una minuciosa recogida de casquillos. A más de una semana de los hechos, después de andar deambulando por La Habana, es detenido Enrique Cámara Pérez y llevado posteriormente a la finca deLos Palos, para que identificara el lugar como campo de entrenamiento. Cámara Pérez pero no lo identificó.
Las prácticas militares realizadas en diferentes lugares del país por aquel grupo de jóvenes, que con decisión y patriotismo se ganaron un lugar en la historia, no fueron aspavientos políticos. Esas prácticas sirvieron para entrenar militarmente a los nuevos luchadores de la patria, prestos a terminar con el oprobio existente en Cuba.El Moncada fue la culminación de todo ese ciclo de preparación, siendo Fidel el máximo dirigente de esa epopeya. Los entrenamientos de la Universidad de La Habana, Artemisa, El Globo, el Club de Cazadores del Cerro, la finca Santa Elena y otros lugares, cumplieron su objetivo.
El Día 19 de julio del 2014 fue declarada Monumento Nacional debido a su importancia histórica excepcional. Se unen hechos de la contienda independentista y la Epopeya del Moncada.