San José de las Lajas está de cumpleaños. Esta vez la celebración es diferente, la presencia de la Covid-19 priva del jolgorio acostumbrado, pero la alegría por el nuevo aniversario está ahí, en esa manera en que ahora desde casa, en familia, reconocemos que esta ciudad donde vivimos arriba a su aniversario 232.
Devenida capital de Mayabeque, San José de las Lajas es también uno de los once municipio de la provincia que junto a Artemisa es la más joven de Cuba.
Cada 16 de mayo, los nacidos aquí y los que han llegado para quedar, recordamos que en igual día pero de 1788 se inauguró la primera iglesia de la localidad, y por no existir documento alguno que diera fe de la fundación de este poblado, se tomó esa fecha como fundacional.
La aspiración de todos es que San José de las Lajas sea una hermosa capital, exclusiva, de esas a las que se quiera regresar. Es cierto que mucho falta por hacer, y la pandemia que hoy azota al mundo ha frenado el curso de la vida aquí, por lo que se impone otra mirada y acciones cuando el nuevo coronavirus deje de ser la pesadilla que es.
Hoy cierta quietud habita en las calles lajeras. El bullicio ya no es igual. Tampoco está el colorido de las mañanas estampadas por los matices de uniformes escolares, unido a la algarabía propia de los amaneceres que anunciaban la jornada escolar.
San José de las Lajas vive días diferentes, pero cada uno de sus espacios lleva la huella del mucho tiempo vivido. De cuánto se cuide hoy dependerá cuán rápido podamos volver a la normalidad, esa que añoramos y para la cual se requiere desde ya mayor consagración y amor, fertilidad en las idean que sumen para bien, además, mucho sentido de pertenencia.
Hay tanto por contar de este territorio y de sus hacedores de hechos cotidianos que amerita una mirada acuciosa. Aquí está la obra diaria de investigadores, obreros, campesinos, intelectuales. Aquí están sitios emblemáticos y espacios donde la cultura tiene el reto de perpetuar la memoria y así a los protagonistas que a diario asumen fraguar la maravilla.
San José de las Lajas está de aniversario de su fundación. Más allá de lo que no es posible hoy, está la certeza de cuánto es preciso hacer después para que cada día resulte inspiración y compromiso, para que esta ciudad sea pulcra, culta y atractiva y un algún día también sea un destino preferido de nacionales y foráneos.
