Ondeó la bandera cubana la noche de cierre del 2023. Allá en Santiago de Cuba mi tierra natal, se espera siempre la despedida de diciembre con un momento único, en el que el misticismo devela tras el izaje de la bandera y el ondular de esta cómo trascenderá el año que recién comienza.
Esta vez, la enseña nacional ondeó altiva, linda, porque lo es y eso alimenta el buen augurio para 2024 que sabemos va a ser un año difícil, en el cual serán imprescindibles la inteligencia, la razón, la armonía, el respeto, la disciplina, la austeridad, la conciencia de todos y el amor.
La fiesta de la bandera, como se le reconoce a ese acto exclusivo que tiene lugar en la ciudad santiaguera acontece ante el parque Céspedes, justo en el otrora ayuntamiento, donde se iza nuestra bandera.
Es un acto impresionante, a donde llegan personas de todas las edades para presenciar el acontecimiento, devenido tradición.
Allí fui desde que era una niña, y al igual que los demás me quedaba inmóvil mientras se izaba la bandera, a la espera de la señal que todos deseábamos.
La Fiesta de la bandera se celebra solo en Santiago de Cuba y data desde 1901 por iniciativa del primer alcalde de esa ciudad, Don Emilio Bacardí Moreau.
Es un momento casi mágico, la expectativa por el ondular de la bandera es como un pacto con la esperanza, si esta ondea al compás del viento, el año ha de ser próspero, por tanto, abrazo con mucha fe ese buen vaticinio.
Hay imágenes que quedan prendadas a la memoria para siempre, ese lugar de belleza propia y no me ciega la pasión, cada 31 de diciembre realza su naturaleza, cuando desde la Catedral ubicada también en ese entorno patrimonial se escuchan 12 campanadas a la par de nuestro himno nacional, mientras asciende hermosa, serena y altiva nuestra bandera.
Bienvenido 2024, ondeó la bandera cubana.
