Maternidad y paternidad son conceptos iguales en derecho y responsabilidades, así lo dan a conocer los especialistas de San José de las Lajas, capital de la joven provincia Mayabeque, que se insertan a la Casa de orientación a la mujer y la familia.
Estos expertos lajeros, asesorados por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), de conjunto con otros organismos del país, sensibilizan a la comunidad y a las instituciones para que el ejercicio de ambas tareas se manifieste con amor y placer.
Indistintamente, el movimiento sindical también participa en estas actividades con la realización de talleres en centros laborales, la creación de espacios de concientización entre los jóvenes trabajadores y la inserción en los diferentes escenarios de la comunidad, de aquellos resultados de investigaciones y publicaciones afines con la temática.
En conjunto médicos, sociólogos, psicólogos y otros profesionales del territorio, por medio de talleres, paneles, y conferencias, entre otras vías, exhortan a cada mamá y papá de la demarcación a repensar los estigmas y estereotipos asociados a la maternidad y a la paternidad, con el fin de ampliar la concepción acerca de las familias y así reconocer los modelos más inclusivos y diversos.
Ser madre o padre es un acto de suprema responsabilidad, ya que nadie pide venir al mundo; por tanto, cada niña y niño tiene derecho a recibir suficiente amor, comprensión y una formación integral. Para ello es indispensable que cada uno de los miembros de la pareja posea la madurez física, social, emocional, intelectual y económica que propicie el bienestar de sus descendientes.
Investigaciones recientes desarrolladas en esta ciudad capital muestran que, aunque queda mucho por avanzar, cada vez es mayor la participación equitativa de hombres y mujeres en los deberes públicos y del hogar, especialmente en aquellas relacionadas con la crianza de sus hijos, lo cual resulta muy gratificante y alentador.
Cuando nos convertimos en mamá y papá asumimos derechos y obligaciones que son importantes conocer y practicar; si sucede así, ejercemos una influencia positiva sobre las necesidades de los hijos como la comunicación, la afectividad, la autoestima, los valores, la participación en tareas domésticas y de bien público, el autocuidado, el placer y la responsabilidad sexual.
Constancia y entrega entrelazan por derecho propio los términos maternidad y paternidad.