Fotos: Michael García Pérez
Este 25 de julio, mientras pasaba por el Boulevard del terruño lajero, no pude evitar acercarme a la aglomeración de personas que degustaban con entusiasmo del sonido de los tambores, que atraían, a cuanto transeúnte deambulaba por esta zona.
Ante la curiosidad por ver lo que allí sucedía, pude descubrir una excelente mezcla de danza y baile; el folclor se hacía presente y no fueron pocos los que dieron algunos pasillos al compás de los tambores que acompañaban a los integrantes de la agrupación folclórica Onicajinal, perteneciente a la casa de la cultura del municipio mayabequense, Melena del Sur.
Nunca había escuchado mencionar a esta agrupación y en diálogo con algunos de sus integrantes supe que su existencia data de más de una década, aunque se había desintegrado en el año 1991. Sin embargo, para beneplácito de quienes han tenido la posibilidad de interactuar con su arte, Onicajinal resurgió a partir del 2012, y hoy se constata en él la esencia de nuestros ancestros africanos, convertida en música y danza.
Una vez más el arte llegó a las raíces del pueblo y los moradores de San José disfrutaron de una agrupación folclórica que reemerge para ofrecer una entrega sincera y colmada de sincretismo, oportunidad para interactuar y disfrutar con nuestra cultura.