La droga es destrucción y muerte

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Viceversa, la novela cubana que recién terminó dejó a las claras un tema que preocupa y asusta: el consumo de drogas, un flagelo que se enfrenta y al que no se debe llegar.

La presentación del tema, demostró con nitidez que la familia es vital, que el cuidado y observancia de los hijos no concluye con la mayoría de edad, que la drogadicción es destrucción y también muerte.

Los últimos años, muestran en Cuba un incremento en el consumo y son adolescentes y jóvenes los más vulnerables, no se puede estar ajeno a ello, es una realidad que requiere enfrentamiento, más acciones, más efectividad en las mismas.

Si bien Cuba tiene como política de Estado la tolerancia cero ante el consumo y tráfico de drogas, todavía es un peligro en la sociedad y aunque se trabaja en ese sentido, no es suficiente aún.

La familia no puede estar ajena al comportamiento de sus hijos, la escuela debe incrementar todo tipo de acciones para prevenir.

Los medios de comunicación tienen que acrecentar sus productos audiovisuales, incluso salir de sus predios y llegar a escuelas, barrios y colectivos laborales.

La adolescencia por naturaleza tiene cierto espíritu de rebeldía, es esa etapa en la que se producen cambios y muchos quieren demostrar que han crecido, que son capaces de decidir en sus vidas, de ahí que imitar para ser aceptados es una de las maneras que asumen.

El trabajo profiláctico es necesario, es menester un vínculo cada vez más estrecho entre la familia y la escuela.

Es inminente la capacitación de los educadores, es fundamental el ejemplo en el hogar, la disciplina, la comunicación con los hijos para no dar espacio a ninguna adicción.

A nivel territorial existen Comisiones de Trabajo que preside el presidente de gobierno local e integran los diferentes sectores, organizaciones políticas y de masas, la policía y la fiscalía, con la perspectiva de prevenir el consumo de drogas; existe una consulta para atender a quienes lamentablemente cayeron en sus nefastos brazos.

Queda mucho por hacer, y no en silencio, es menester acorralar este mal y salvar la existencia, de todos es la responsabilidad.

La droga es un peligro, lleva en sí la sutileza que puede embaucar al más inocente, por eso es preciso conocer su letalidad, prevenir también desde la alerta temprana.

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