Julia Cabalé: El camino de la poesía es universal y nos hermana

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“Este encuentro fue a través de la invitación al Festival Internacional de Poesía Amada Libertad, en su segunda edición y fue una experiencia muy, muy enriquecedora, pues el camino de la poesía es universal y nos hermana”, comenta la reconocida  Julia Cabalé Samayoa al referirse a su reciente viaje a la República del Salvador.

Este es uno de los festivales que se celebran anualmente en El Salvador y en su primera edición asistieron los poetas cubanos Rigoberto Rodríguez Entenza y Pablo Guerra, agregó la escritora mayabequense.

¿Qué justifica el nombre de Amada Libertad como identificación del festival?

Primeramente,  este festival se nombra Amada Libertad porque era el seudónimo literario de la joven poeta salvadoreña muerta en combate a los 21 años,  Leyla Patricia Quintana Marxelly. Poeta que, a pesar de haber elegido un camino tan radical como fue la decisión de la  lucha armada para alcanzar sus ideales, no pudo prescindir de la poesía y dentro de esta atmósfera de peligro, de límites escribía sus poemas y los hacia llegar clandestinamente  a la madre.

Mira que cosas tiene  la poesía cuando se adueña y elige. Ella estaba forjando futuro, su necesidad de escribir, su juventud, su fuerza nos muestra  una grandeza que no podemos menos que sensibilizarnos con ella, con la obra que escribió con tanta devoción y riesgo. Fue una joven de un talento que podemos describir  como fuera de serie. En la historia de la poesía  poetas muy jóvenes, visionarios han escrito obras relevantes sin apenas haber vivido. Otros esperan haber vivido para escribirlas. En ella la urgencia de sus circunstancias la obligaron a decisiones extremas. Visionaria en su juventud, logró una escritura de urgencia, una poética de vivencias muy crudas como las que se hermanan con la muerte  y la posibilidad real de la suya,  las frustraciones, lo sueños, el dolor y el amor. El todo y la nada y la fuerza de que nada que hagamos deja de tener un eco.

Y allí estuve junto a ese pueblo amable que se levanta cada mañana y como un hormiguero a pesar de la violencia latente en su atmósfera trabaja, estudia y  como a través de la cultura se intenta lograr una sociedad mejor.

¿Qué países estuvieron representados en esta segunda edición del festival Amada Libertad?

Allí estuve juntos poetas de Nicaragua, Honduras, Colombia, México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Ecuador y por supuesto de El Salvador, leímos en infinidad de lugares y en todos  nos recibieron con cortesía,  con gran atención en todo lo que leíamos y qué agrado cuando  en la escuelas se levantaban sus jóvenes, sus profesores  y tantas y tantas preguntas.

¿Qué puedes destacar además de lo vivido en este festival?

Es interesante la labor de sus intelectuales. Noté una necesidad de memoria histórica, de no dejar que se pierda y allí estaban sus escritores haciendo su esfuerzo por medio de talleres, de proyectos  y tanto, alentando a la lectura y lo hacían con pasión algo que contagiaba a los lugares que visitábamos, lugares tan diversos como Autoridad de Aviación Civil El Salvador, Colegio Azteca, Centro Escolar Marcelino García Flamenco y El Progreso,  Instituto Nacional de San Sebastián y su Casa de Cultura, Complejo Educativo Federico González, Galería de Arte Musa, Biblioteca Pública Chapultepec, Palacio Nacional de San Salvador, Los Tacos de Paco, Fundación Cultural Alquimia, Universidad Autónoma de San Ana, entre otros.

¿Pero tu relación con la poesía salvadoreña se remite solamente a este Festival?

Tengo, por supuesto, un conocimiento general de la poesía salvadoreña y tengo su gran poeta que es Roque Dalton. Fue algo casual si hay algo casual en esta vida. Estando en la librería F. J en el Espacio de Basilia, mientras leían los poetas invitados, los poetas salvadoreños Jorge Canales y su esposa Josefina Sibrián (Amapola), indagaban y allí estábamos justos y cercanos Jorge Bousoño y surgió una amistad y relaciones de trabajo  que no terminan.  También, en unos de los festivales de La Habana me presentaron a Argelia Marxelly, madre de Leyla (Amada Libertad) que estaba en el país dando a conocer la obra de Leyla con la que también me ha unido relaciones de amistad entrañables.

De todo esto nació la primera antología cubano salvadoreña que se conozca Dos Naciones en versos,  2013 y Dos naciones en versos II, 2015. En estos momentos está en preparación el volumen III en el  que seguimos unidos en el trabajo editorial Jorge Bousoño y quien te habla Junto  a  Jorge Y Amapola.

Y con el proyecto de Argelia,  también tengo el honor de participar, junto a otros poetas cubanos   en la antología  poética El Salvador-Cuba Las puertas de la madrugada, 2014 Ediciones Amada Libertad, Ediciones la Luz.

¿Qué me asalta de la tierra salvadoreña?

Sus casitas bajas, pintadas, de techos protectores  por  un posible terremoto. Los volcanes dormidos, el de San Salvador, como el agua en Cuba brindándose en el camino a cada paso y también su gente trabajadora y amistosa. Y todos los proyectos que siguen vertiendo.

Y no puedo terminar estas memorias sin un poema de Leyla que por cierto salió publicado en el Diario Co latino que dio cobertura al Festival.

Curriculum Vitae

Mi tarjeta de presentación es la

lucha.

Mi título: El sacrificio que

goteamos

en cada canto.

 

No procuro un cartón que dibuje

fielmente

y en letras de sacrificio

un puñado de avaricias

desgreñando mi nombre

ni tampoco espero un retablo

en la pared de la hipocresías

donde una simple y forzada

sonrisa

pinte mi humillante rostro.

 

Lo que quiero es anunciar mi

fatiga

que por la vida espera sacar a

flote

la aguerrida bandera que

encierra la esperanza

y si no puedo librar mi

indignación de la serpiente

trenzaré valores y anidaré

tempestades

para qué en ellas muera.

 

Y en palabras del  prólogo que escribió  André Cruchaga para uno de los libros de Leyla Destino, 2011, Editorial EquiZZero en coedición  con Ediciones Amada Libertad:

“En la poesía de Leyla Quintana, hay además, una reflexión permanente entre el compromiso histórico, con el país, con su vida personal y la cotidianeidad. Su obra poética, que ha sido compilada y guardada celosamente por su madre, es armable y desarmable, pasada, presente y futura, contextualizable y recontextualizable. Es así, una poesía dinámica y dialéctica: no es, por  cierto, ¨letra muerta”. Su poesía estará entonces apareciendo y reapareciendo a lo largo del tiempo en una gran diversidad expresiva”.

Así es Leyla, aquí estamos los lectores, los  amigos, los poetas que siguen germinando junto a su obra y le leen y recuerdan en ese legado siempre vivo que sembró con sus versos.

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