Cuba es una tierra que ha procreado durante siglos, hijos merecedores de evocar. Hijos que se han transformado en protagonistas, que han escrito y están escribiendo las páginas más memorables de la historia de Cuba.
José Martí es uno de ellos, me aventuraría a apuntar que el más trascendental. Su pensamiento no tuvo límites. ¡Luchó también por ver a su patria libre! Pero no solo le interesó la libertad de Cuba, aspiró que todos los pueblos del mundo fueran independientes.
Con ideales que se propagaron a través del tiempo, antiimperialismo, independentismo, internacionalismo, ha iluminado desde entonces a aquellos que no se vencen cuando luchan por una causa justa.
El 19 de mayo de 1895, su cuerpo cayó derribado en los campos de batalla de Dos Ríos, mutilado por soldados al servicio del gobierno español, ese día sus ideas brotaron como un formidable volcán en plena erupción.
Hoy se inmortaliza, se reverencia su pensamiento. El maestro nos ha guiado en cada triunfo y batalla, y ahora no es distinto, sigue presente y estará por siempre. ¡Martí existe en el corazón y proceder de su pueblo!
