Amalia y Amelia Rodríguez son de esas jóvenes que gustan de todo tipo de música, esto es producto de la llamada educación musical recibida por su familia y en especial por sus abuelos.
Con ellos aprendieron a reconocer y disfrutar de esas letras conmovedoras e inolvidables de la década prodigiosa, del ritmo contagioso de los géneros bailables de sus años mozos, destacándose por su puesto el Danzón, nuestro baile nacional.
Ellas no solo disfrutan escuchándolo, ya que Juana y José sus abuelos, les enseñaron como ejecutar este baile de salón y se han convertido en todas unas expertas en el tema.
Amalia y Amelia gustan también de la música de los grupos bailables contemporáneos, pero no dejan de reconocer el estar enamoradas del Danzón.
A través de ellas llegó a algunos de sus amigos el deleite por ese legendario género musical y todos en la actualidad forman parte de esos jóvenes que acuden a las peñas danzoneras de Mayabeque.
Si este grupo al ampliar su conocimiento sobre el Danzón fueron seducidos, entonces mediante talleres y los programas educacionales se puede reforzar el apego de las nuevas generaciones a ese ritmo.
Quizás para conquistar la aprobación de la juventud el Danzón deberá sufrir algunas transformaciones, aunque la elegancia y la sensualidad que caracteriza a este baile de salón serán cualidades que no se podrán omitir.