La presencia de las nuevas cepas y variantes del virus SARS-CoV-2 en todas las provincias de Cuba; constituye una de las causas del incremento de pacientes infestados, en estados grave y crítico y del significativo número de defunciones por Covid-19.
En este lamentable contexto que se evidencia actualmente en la isla, la variante Delta del coronavirus influye de manera significativa. Esta cepa se ha diseminado por más de 140 naciones prevaleciendo en Estados Unidos de América, Europa, y la India, país donde se identificó por vez primera.
Los especialistas aseguran que Delta está desplazando al resto de las variantes del virus y constituye además, la más contagiosa, con un 64 por ciento de incremento en comparación con la variante Alfa, que es entre 40 -50 por ciento más contagiosa respecto al virus original de Wuhan.
Estudios realizados demuestran que las infecciones por esta variante poseen un período de incubación más breve y una cantidad mucho mayor de partículas virales. Transcurren solamente cuatro días desde el inicio de la infección hasta la transmisión, razón por la cual se propaga rápidamente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Delta constituye el mayor riesgo actual para el mundo y la evolución de la pandemia.
Ante este complejo escenario, los científicos cubanos se han enfocado en buscar y determinar la presencia de anticuerpos neutralizantes del virus a variantes que hoy circulan en el país y en específico la Delta. Los estudios, aunque son preliminares muestran resultados positivos.
Hoy en nuestro país se continúa inmunizando a la población. Sin embargo, mitigar los efectos de esta enfermedad y frenar los índices de contagio convocan a un mayor esfuerzo y compromiso de todos, a mantener las medidas que ya conocemos, ya sea que estemos vacunados o en espera de la inmunización.