Desde 1962, la mayor de las Antillas, se excluyó de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo cual le impidió participar en eventos de este tipo en la región.
Gracias a la creación de gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe, se incluyó a nuestro país, en encuentros de esta índole, precisamente por lo que representa Cuba para el continente.
De esta manera, se escuchará su voz en un encuentro que acoge a más de 30 países y que prevé el trabajo en cuatro foros paralelos: social, juvenil, empresarial y de rectores universitarios.
Hombres y mujeres humildes, pertenecientes a la sociedad civil cubana integran la delegación de la isla, encabeza por el Presidente Raúl Castro Ruz.
La otra cara de este episodio es la participación de grupos anticubanos, residentes en nuestro país y fuera de él, que ya recibieron credenciales por parte de la OEA, financiados por la gusanera cubanoamericana.
Sin lugar a dudas, esta es la oportunidad de coincidir Cuba y Estados Unidos en el marco del restablecimiento de las relaciones diplomáticas. La Isla nuestra una vez más hará valer su voz que no dista de sus principios.
Los avances durante más de 50 años de Revolución, que benefician a toda nuestra sociedad y en especial a la juventud que está próxima a su Décimo Congreso, logros académicos, así como la actualización del modelo económico cubano para garantizar mayor calidad de vida a los que vivimos en esta isla, se reconocerá en una Cumbre que tiene como anfitrión a Panamá, considerado un país de tránsito.
Durante los días 10 y 11 de abril, se vivirán jornadas que propician el debate, entendimiento, amistad e intercambio cultural. El calor humano de los pueblos que hoy defienden la vida del hombre americano se medirá en el país sede, según la etimología, Panamá significa “abundancia de peces y mariposas”.
El pensamiento martiano estará vigente en la Séptima Cumbre, al mostrar ideas humanísticas plasmadas en su ensayo Nuestra América: “Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes…”