Contribuir a dar el necesario vuelco a la economía cubana, está, sin lugar a dudas entre las prioridades de la Tarea Ordenamiento.
Un proceso que marcha, por así decirlo, sobre ruedas, y el cual está sujeto a cambios, pues continúa en estudio.
Cierto es que no puede haber salarios altos sin respaldo productivo, como no puede haber un aumento productivo sin respaldo salarial.
Con este proyecto Cuba apuesta por estimular la fuerza laboral, en función del tan ansiado despegue de nuestra economía, con más eficiencia y productividad.
Algunos escépticos vaticinan un total fracaso, sin embargo la incorporación de personas sin vínculo laboral antes del comienzo de la tarea ordenamiento, a los centros de trabajo, grafica los primeros resultados halagueños.
Otros ciudadanos aguardan la apertura de nuevas plazas o de las actualmente congeladas para incorporarse al trabajo en entidades estatales, lo que muestra a todas luces la nueva realidad cubana.
La verdadera valía de un empleo, como eslabón fundamental para subsistir y echar a andar la economía.
La tarea ordenamiento en tiempos de COVID-19 es un reto valiente, pero necesario asumido por el gobierno cubano, el cual entraña aún muchos desafíos por delante, pero con prometedores frutos.