Ahora que La Habana acoge la 39 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano se me ocurre comentar acerca de los cinéfilos, esos amantes del séptimo arte, que tienen un gusto y una atracción especial por el cine.
Quizás mera afición o pasatiempo pero puede convertirse también en un experiencia que derive en un buen analizador y crítico de filmes. Para ser un buen cinéfilo es preciso tener en cuenta muchos factores a la hora de analizar una película como: el guion, los actores, la escenografía y demás elementos técnicos y artísticos que componen la trama.
Por consiguiente el acercarse con sistematicidad a ese arte e investigar sobre el mismo desarrolla capacidades intelectuales de alto nivel en quienes lo practican, de ahí su importancia en el perfeccionamiento de la cultura general integral del individuo.
Es responsabilidad de la máxima dirección de cultura en cada comunidad del país propiciar al pueblo la posibilidad de apreciar un buen filme. No es menos cierto que actualmente las salas cinematográficas cuentan con menor asistencia al ser sustituidas por los famosos paquetes (que contienen series televisivas, show, películas, documentales y sabemos que no siempre ese entretenimiento trae lo mejor estéticamente) que cualquier persona puede copiar y llevar a casa y ver cuando estime conveniente.
El cine teatro “Lajero” situado en San José de las Lajas capital de la provincia Mayabeque pasa la mayor parte del tiempo desolado. En estos momentoses una de las subsede de la magna cita del celuloide, las películas que exhibe resultan atrayentes y de última producción; sin embargo la sala cinematográfica con excelentes condiciones para la proyección continúa olvidada.
¿Será que los pobladores de este distrito capitalino olvidaron aquellos tiempos en que la extensa cola para sacar la papeleta de entrada constituía un reto para el disfrute, o que las generaciones que llegaron después no tienen punto de encuentro con lo mejor del séptimo arte?
Pienso que falta el ejercicio, práctica, hábito;que es necesario propiciar a las nuevas generaciones la correcta orientación y valoración de un filme.Sería muy saludable que directivos del sector de educación y cultura establezcan convenios para que niñas, niños y jóvenes conozcan del cine, de sus mejores obras y realizadores, a través de visitas dirigidas a las salas cinematográficas y con el encuentro con especialistas.
El Cine de mi ciudad, merece la concurrencia de los pobladores de esta ciudad; espera por los amantes del séptimo arte, pero para ello es menester incentivar ese amor, interés y necesidad de cultivar la cultura de quienes pueden llegar a ser auténticos cinéfilos.