La continuidad siempre ha sido tema de interés y debate entre los hombres. Desde la primera señal de conciencia humana existe el desvelo hacia lo que alcanzaría el sí o el no de la posibilidad de ser individuos imperecederos.
Y es que de forma física resulta improbable conseguirlo, pero no es ese el estilo que hace a cualquier hombre repercutir. Una vida puede ser fugaz pero intensa y justamente esto último es lo que conlleva a que alguien sea o no inmortal.
En la historia nacional de la Mayor de las Antillas, son diversos los que constituyen modelos de la vasta escala de figuras que en un efímero o amplio recorrido por el mundo de las proezas, se registraron de una vez y durante la eternidad.
Estos días de octubre como cada año, se evocan las fechas que con el accionar de muchos, constituyen múltiples razones de conmemoración de personas y naciones.
En Cuba son protagonistas notables de la leyenda Camilo Cienfuegos Gorriarán y Ernesto Che Guevara, hombres que en el recorrido por los caminos de la historia continuarán siendo ejemplo para las nuevas generaciones.
Camilo y Che fueron de esos hombres que completan la identidad de los pueblos, son simplemente esos que se ramifican y se hacen inmortales. Más que en la memoria imperecedera de cada cubano, siempre serán el fuego radiante que brinden riqueza a la historia cubana.