El día 20 de diciembre de 1989 a las 12:00 de la noche y por varios días consecutivos la República de Panamá fue atacada sin ninguna justificación y de forma ilegal, por el ejército de los Estados Unidos, causando miles de muertos y desaparecidos; este ejército, fue considerado en aquel momento el más poderoso del mundo.
La operación iba dirigida a eliminar los componentes militares de la Republica de Panamá, su ejército, desmantelar toda la estructura del aparato militar y gubernamental panameño con tal de facilitar la toma del país, e instaurar gobiernos títeres.
Desde aquel entonces adeptos a sus intereses geopolíticos con miras a mantener sus bases y presencia militar en Panamá, desconocer la firma del tratado de 1977 que logró la retirada de todas las bases militares.
La reversión del Canal de Panamá y áreas adyacentes con edificaciones, además de imponer políticas neoliberales privatizadoras desde entonces a solicitud del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, ambos organismos financieros de saqueo al servicio total de Estados Unidos, estos son los responsables de todas las instituciones privatizadas, de la creación de grupitos de empresas transnacionales, de saqueo sin misericordia al país, como el monopolio de empresas eléctricas, combustible, medicamentos, servicio de internet, telefonía, de transporte (Metro Bus y Metro de Panamá), y muchas otras además de convertir los Derechos Humanos de los panameños en vulgares negocios.
La excusa que utilizó el imperio yanqui en su momento fue la captura del general Manuel Antonio Noriega que también fue ilegal, sin embargo, la destrucción al país fue más allá de una simple captura, de manera que fueron desmantelados todos los cuarteles en todo el país.
Este día fue declarado día de Duelo Nacional por presión del pueblo panameño, y es nuestro deber honrar la memoria de los héroes caídos en combate, las víctimas civiles y militares, repudiar al yanqui invasor y exigir certeza de reparación e indemnización a las víctimas y al Estado panameño.